Alicia quiere ser bailarina
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Alicia quiere ser bailarina

Edades:
A partir de 4 años
Alicia quiere ser bailarina —Mamá, ¿crees que yo podría ser bailarina algún día? —preguntó Alicia a su mamá.

—¿Por qué no podrías serlo, hija? —respondió su madre.

—Como tengo este problema en la vista y casi no veo…—dijo Alicia.

—Bueno, Alicia Alonso tampoco veía mucho y se convirtió en una gran bailarina internacional —dijo su madre.

—¿Ah, sí? —preguntó la niña—. ¡Cuéntame su historia, mami!

—Había una vez una niña llamada Alicia que vivía en un lugar maravilloso, la ciudad de La Habana. Desde pequeña, Alicia soñaba con ser una princesa bailarina, deslizarse sobre un escenario brillante y hermoso y volar sobre él.

—¡Cómo yo! —dijo la niña.

—Un día, cuando Alicia tenía nueve años, decidió que no solo soñaría con ser una bailarina, sino que lo haría realidad. Así que se puso unas zapatillas de ballet y comenzó a bailar, cada día, sin descanso.

—¿Cuándo fue eso? —preguntó la niña

—Alicia Alonso nació en 1921, así que…

—¡En 1930! —interrumpió la niña.

—Sí, más o menos —dijo su madre—. Con el paso del tiempo, Alicia se convirtió en una bailarina increíblemente talentosa. Tanto es así que ella y su marido Fernando, que también era bailarín, fueron la gran ciudad de Nueva York. Allí, Alicia deslumbró en el escenario del famoso American Ballet Theatre, y se convirtió en una princesa bailarina de verdad.

—¡Wala, pues sí que tenía que ser buena! —dijo la niña
—Sí, era muy buena —dijo su madre—. Pero un día, Alicia empezó a notar que su visión se desvanecía, que las luces del escenario se desdibujaban y se mezclaban. Los doctores le dijeron que estaba perdiendo la vista y que, posiblemente, no podría volver a bailar.

—¡No! —exclamó la niña

—Pues sí —dijo su madre—. Pero Alicia no dejó que esto apagase su espíritu. Con la ayuda de Fernando encontró formas de seguir bailando. Memorizaba cada paso, cada giro, cada salto. Bailaba con su corazón, y a pesar de no poder ver claramente, veía con su alma el mundo mágico del ballet. Y después de unos años, Alicia regresó a su amada tierra y fundó su propia compañía de ballet, el Ballet Nacional de Cuba. Aunque ya no podía ver el mundo como antes, con su espíritu y determinación, Alicia logró transformar su sueño en una hermosa realidad.

—¡Qué historia tan bonita! —dijo Alicia.

Alicia quiere ser bailarina—Ya ves, cumplío su sueño, a pesar de todo —dijo su madre—. El escenario se convirtió en su reino, y ella, la valiente y persistente Alicia, se convirtió en la reina de ese reino, deslizándose y danzando con gracia y pasión. Ya ves, incluso frente a los mayores obstáculos, podemos alcanzar nuestros sueños. Incluso cuando no podemos ver claramente, nuestros sueños nos guían y nos permiten ver con el corazón.

—¡Oh, mami, qué bonito! —dijo Alicia.

—Y así, Alicia, la niña de La Habana que soñaba con ser una princesa bailarina, demostró que no importa lo oscuro que pueda parecer el camino, siempre hay una luz de esperanza y belleza que puede encontrarse en la danza de nuestros sueños.

—Pues yo también voy a bailar —dijo Alicia.

—Eso, que nada te frene.
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