El pajarito perdido
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El pajarito perdido

Edades:
A partir de 6 años
El pajarito perdido César era un niño de ocho años que vivía en una aldea rodeada de un bosque en el que había muchos árboles y animales. Le encantaba adentrarse en él y correr de un lado a otro disfrutando de la naturaleza.

Un día, mientras cogía frutos de los árboles, se encontró a un pajarito que estaba escondido detrás de unas ramas y que lloraba mucho.
- Pajarito, ¿Qué te pasa?
- Por bobo me despisté y me he perdido. Aún soy pequeño y no puedo encontrar a mis hermanos y a mi madre – le contó el pajarito

César quiso ayudarlo. A él le gustaban mucho los animales y tuvo una idea:
- Pajarito, ¿Por qué no te vienes conmigo a casa? Te daré de comer y seremos buenos amigos.

El pajarito pensó que no era una mala idea ya que en el bosque no había ningún nido donde dormir, así que se fue con César.

César estaba muy contento con su nuevo amigo. No lo dejaba solo ni un segundo y hasta le fabricó una casita con una cama de paja donde podía dormir calentito.

El pajarito también estaba muy a gusto con César. Se estaba portando muy bien con él y era muy divertido jugar a un millón de cosas juntos, pero, a veces, el pajarito se ponía triste.
- Pajarito, ¿por qué estás triste? ¡Si lo estamos pasando muy bien! – le decía César
- ¿Triste? ¡Que va! Estoy bien, de verdad.

El pajarito no quería que su amigo se preocupara, así que hacía un esfuerzo por sonreír delante de él. Pero en realidad su corazón estaba muy triste porque echaba muchísimo de menos a familia.

El tiempo pasaba y el pajarito cada vez estaba más preocupado por su madre y sus hermanos. Incluso pensó que jamás los volvería a ver.

César siguió cuidándolo mucho y la verdad es que juntos lo pasaban genial, hasta que un día, el pajarito se puso tan triste que no pudo evitar ponerse a llorar.
- Pajarito, ¿pero por qué lloras tanto?
- Necesito ver a mi familia. Los echo mucho de menos – le dijo el pajarito
- Pero, ¿no estás bien aquí conmigo?

El pajarito estaba muy agradecido y había cogido mucho cariño a César, pero pensó que había llegado el momento de pedirle un favor.
- César, aquí estoy muy bien, pero necesito encontrar a mi familia y mis amigos. ¿Me ayudarías a buscarlos? – le preguntó el pajarito

César se lo tomó muy mal. Quería tanto al pajarito que ya no podía imaginarse ni un día sin él.
- ¡Yo quiero que te quedes! ¡Eres mi mejor amigo! – dijo César un poco enfadado

El pajarito se quedó muy triste. Entendía que para César fuese difícil separarse de él, pero era la única persona que podía ayudarlo a encontrar a su familia.

El pajarito perdidoCésar siguió enfurruñado unos días, pero vio que el pajarito estaba cada día más triste y se dio cuenta de algo muy importante.
- Pajarito, te quiero tanto que sólo quiero lo mejor para ti, así que si tu vas a ser más feliz con tu familia, yo te ayudaré a que la encuentres.

El pajarito se puso muy contento al oír esto y ese mismo día empezaron la búsqueda. Recorrieron los bosques, preguntaron a los demás animalitos y todos corrieron la voz hasta que, por fin, la familia del pajarito se enteró de dónde estaba y fueron a por él.

Cuando el pajarito vio a sus hermanos y a su mamá se puso muy contento, aunque también supo que eso significaba que debía despedirse de César y eso le puso muy triste.

- Nunca olvidaré lo que has hecho por mi, César ¡Serás mi mejor amigo siempre! ¡Y te prometo vendré a jugar contigo siempre que pueda! – le dijo a César

El niño se quedó muy triste, pero a la vez se sintió bien porque entendió que así estaba haciendo muy feliz a su amiguito.

El pajarito se fue pero su amistad no terminó ahí porque, al poco tiempo, toda la familia del pajarito decidió mudarse muy cerca de César y así los dos amigos siguieron jugando juntos durante mucho tiempo.
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Análisis de sus valores
Este cuento pretende que los niños entiendan que a veces, una forma de demostrar nuestro amor o cariño por una persona, es haciendo un pequeño esfuerzo o sacrificio por ella. Esto es lo que le sucede a César, que entiende que debe renunciar a la compañía de su amigo para que de esta forma él pueda ser feliz junto a su familia.
De lo contrario estaríamos siendo egoístas y el verdadero amor, nunca debe serlo.
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