Aunque siempre se le represente así en películas y dibujos animados, en realidad el Conde Drácula no era un vampiro. Porque claro, los vampiros son solo personajes de ficción y no tienen nada que ver con colmillos con los que chupar sangre ni con ataúdes en los que dormir. Entonces, ¿quién fue de verdad Drácula?
Para encontrar sus raíces tenemos que viajar hasta el país de Rumanía. Cuentan las leyendas que hace cientos de años había por allí magos, dragones e iglesias con murales dedicados al Diablo. En ese escenario nació Drácula.
La verdadera historia de este conde no tiene que ver con vampiros ni con nada sobrenatural. De lo que sí se trataba era de un hombre violento y despiadado al que se cree responsable de actos terriblemente crueles. En realidad, se llamaba Vlad Tepes.
V
lad Tepes III nació en el año 1413 en la región histórica de Transilvania, en Rumanía. Fue príncipe de Valaquia y luchó contra los otomanos. El escritor Bram Stoker se inspiró en él para crear el famoso personaje del Conde Drácula, del que luego se haría una película que mejor veréis cuando seáis algo más mayores. El padre de nuestro protagonista era el Conde Drácula. En rumano antiguo significa “dragón”. Entregó a Vlad y a su hermano Radu a los turcos como garantía de su sumisión al líder de los otomanos. Este fue el motivo por el que su infancia no fue nada sencilla. Cuando su padre se unió a la Orden del Dragón y le pusieron el sobrenombre de “Dracul” nuestro protagonista empezó a ser conocido como como “Drăculea”, que quiere decir hijo de Dragón.
Ya como adulto, llegó a ser príncipe de Valaquia gracias al apoyo de los turcos. Ahí pasó a ser uno de los monarcas más temidos de la época. Su mayor enemigo fue Mehmed II. Tras ser derrotado, Drácula pasó algunos años en prisión y exiliado. En 1476, trató de recuperar el reino de Valaquia pero falleció poco después en una nueva batalla contra los otomanos. Nadie sabe dónde está enterrado. Aunque supuestamente nació en Transilvania, muchos dicen que en realidad nunca tuvo ninguna posesión en esta zona. De hecho el famoso castillo de Drácula que hoy visitan muchos turistas nunca llegó a ser su casa.