La mula Patachula
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La mula Patachula

Edades:
A partir de 6 años
La mula Patachula En Villaburra todos los vecinos tenían como mascota un burro. La idea se le ocurrió al alcalde, una amante de lo animales muy comprometido con el medio ambiente. Una de las muchas iniciativas que había puesto en marcha tenía que ver con la cría de burros, que están en peligro de extinción en algunos países, como España.

La iniciativa había gustado mucho a los vecinos. Así que todos tenían al menos un burro o una burra. Pero había en Villaburra un vecino al que le encantaba llevar la contraria y, en vez de burro, tenía una mula.

La mula se llamaba Patachula, porque estaba coja. Pero eso no parecía importarle a este vecino, con tal de llevar la contraria.

Lo cierto es que a nadie le importaba que la mula Patachula no fuera un burro. Al fin y al cabo, el vecino había salvado a aquella mula, pues coja no servía para mucho.

Pero el vecino no tenía ningún interés en salvar a ningún animal. Lo único que quería era molestar. Y como no lo consiguió, soltó a la mula Patachula en medio de la ciudad.

La mula Patachula, al verse libre, se paseó por toda Villaburra, pisoteando los jardines, comiéndose las cosechas y haciendo sus necesidades donde le parecía.

-Hay que atrapar a esa mula y echarla de aquí-decían unos.

-Eso, que se vaya. No queremos mulas por aquí -decían otros.

Toda Villaburra se puso en marcha para expulsarla. Pero la mula Patachula no se dejaba coger. Aun siendo coja era rápida y avispada.

El alcalde ideó un plan. Cogió a su mejor burro y se lo llevó de paseo. Lo ató a un árbol y se escondió. Al rato llegó la mula Patachula y puso a pastar junto al burro.

La mula PatachulaSigilosamente, el alcalde se acercó a su burro, lo soltó y se lo llevó. La mula Patachula se fue tras ellos.

El alcalde metió a su burro en su sitio, lo ató y dejó la puerta abierta. Cuando se fue, la mula Patachula se metió dentro. El alcalde cerró la puerta y dejó allí a los dos animales.

Desde entonces, la mula Patachula vive como una más junto a los burros del alcalde. Porque burro o burra, mulo o mula, cojo o no, todos los animales merecen ser queridos y bien tratados.
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