Valentín Valentón en la ciudad flotante
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Valentín Valentón en la ciudad flotante

Edades:
A partir de 6 años
Valentín Valentón en la ciudad flotante Había una vez un mundo donde una ciudad gigante flotaba de acá para allá. Esta ciudad voladora era un lugar misterioso que no paraba de moverse. La gente hablaba de ella con asombro y admiración.

Pero nadie, salvo Valentín Valentón, tenía intención de explorarla.

Valentín Valentón se pasaba el día mirando hacia arriba, anhelando la oportunidad de adentrarse en la ciudad flotante y descubrir todos sus secretos.

Valentín Valentón había crecido escuchando historias sobre la misteriosa ciudad. Siempre había sentido curiosidad por conocerla, pero nunca había tenido la oportunidad de hacerlo. Ni siquiera había tenido la oportunidad de verla desde abajo.

Un día, mientras caminaba por el campo, Valentín Valentón vio algo que lo dejó sin aliento. La ciudad voladora estaba justo encima.

—¡Por fin! —dijo Valentín Valentón—. Y parece que está muy cerca.

—¿Quieres subir a conocer la ciudad? —le dijo un hombrecillo que paseaba por allí.

—Por supuesto —dijo Valentín Valentón.

—Si caminas por el camino del norte encontrarás un dirigible que va y viene de la ciudad flotante una vez al día. Si corres un poco, llegarás a tiempo de subir.

—¡Gracias!

Valentín Valentón corrió todo lo que le dieron las piernas. Llegó justo a tiempo de subirse al dirigible.

El muchacho se acomodó, dispuesto a disfrutar del viaje.

Pero la calma duró poco. No llevaban mucho en el aire cuando un grupo de piratas abordó el dirigible para robar todo lo que pudieran.


La tripulación se enfrentó a los piratas. Pero eran muchos y estaban bien entrenados.

Valentín Valentón no sabía qué hacer. Y, para colmo, habían secuestrado al piloto. Nadie pilotaba el dirigible.

—Si no nos entregáis la nave nos estrellaremos todos —dijo el jefe de los piratas.

Valentín Valentón fue corriendo a la cabina. No era una broma. Nadie pilotaba el dirigible.

—Yo lo haré —dijo Valentín Valentón—. Algo habré aprendido con mi videojuego favorito.

El muchacho cogió los mandos y tomó el control. Pero el dirigible estaba muy dañado tras el abordaje, así que lo único que pudo hacer Valentín Valentón fue aterrizar en el primer lugar que encontró.

En realidad, aterrizó en el primer lugar que la ciudad flotante pudo poner a su disposición. Es lo que tienen las ciudades voladoras, que van y vienen.

CValentín Valentón en la ciudad flotanteuando el dirigible finalmente aterrizó en la base de la ciudad flotante, Valentín Valentón salió corriendo para explorarla. Se adentró en las calles, llenas de gente y vida, y descubrió una cultura completamente nueva. Vio cosas increíbles, como carreras de aeronaves y lugares donde los alimentos flotaban en el aire. También conoció a personas interesantes que le contaron historias antiguas y modernas sobre la ciudad flotante.

—El próximo dirigible es el último que te dejará cerca de tu casa, muchacho —le dijo el mismo hombre que había visto en el bosque días atrás.

—Gracias —dijo el muchacho. Y se fue, esperando no volver a encontrarse con ningún pirata durante le vuelo.


Cuando llegó a casa, Valentín Valentón les contó a todos sus aventuras en la ciudad flotante. Desde entonces, su historia es una leyenda que los padres cuentan a sus hijos a la hora de dormir, para que sueñen con explorar nuevos mundos y vivir grandes aventuras.
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