El juego es fundamental para los niños. Cuando un niño se involucra en un juego, además de desarrollar su motricidad y su creatividad, está desarrollando habilidades sociales tan importantes como aprender a respetar el turno, cooperar o llevarse bien con los demás.
Para Freud y Erikson el juego es una forma especialmente útil de adaptación humana, que ayuda a los niños a controlar emociones y conflictos. Para Piaget a través del juego el niño adquiere habilidades de una forma agradable y relajada.
Los juegos no solo varían según el tipo de actividad. La socióloga Mildred Parten, a principios del siglo XX, estableció que hay seis tipos de juego, que dependen de la edad, el estado de ánimo y el entorno social del niño.
- Juego desocupado: El niño puede estar en un lugar de la habitación y realizar movimientos al azar que no tienen un objetivo.
- Juego solitario: El niño juega solo e independientemente de otros niños.
- Juego de espectador: Se produce cuando el niño ve jugar a otros niños. Puede preguntar y hablar con el resto de los niños, pero no se une al juego
- Juego paralelo: Se produce cuando el niño juega separado de otros niños pero con juguetes parecidos o imitando el juego.
- Juego asociativo: Implica una interacción social con poca o ninguna organización.
- Juego cooperativo: Se produce interacción social en un grupo, son un sentido de identidad de grupo.
Aunque todos estos juegos son importantes y necesarios para el desarrollo social de un niño, hay otros tipos de juego que también contribuyen a su maduración.
E
ste tipo de juegos por lo general se desarrollan cuando un niño comienza a participar en el juego cooperativo, e incluyen:
- Dramático o de fantasía: Este tipo de juego no sólo desarrolla la imaginación, sino que se desarrollará un amplio abanico de habilidades sociales. Un ejemplo serían los juegos de rol.
- Juego competitivo: Ya sea reglado o no, el juego competitivo gira en torno a unas reglas que hay que cumplir. Con estos juegos los niños aprender a cumplir unas normas, a ganar, a perder, a cooperar y a respetar lo establecido.
- Juegos de construcción: Con estos juegos los niños aprenden a manipular objetos y también a analizar cómo se hacen las cosas. También desarrollan la imaginación y la creatividad, y les estimula a buscar mejores soluciones.
En general, podemos decir que el juego es importante porque ayuda al desarrollo de diferentes capacidades en el niño. Estas son algunas de ellas:
- Capacidades físicas: Los niños se ejercitan casi sin darse cuenta, desarrollando habilidades de motricidad gruesa y de motricidad fina. Además, el movimiento no solo les ayuda a tener un desarrollo más saludable, sino que les permite dormir bien.
- Capacidades afectivas: El juego les permite experimentar diversos tipos de emociones, así como experimentar y solucionar conflictos emocionales (reales y ficticios).
- Capacidades creativas: A través del juego, el niño despierta y desarrolla su imaginación.
- Conocimiento de su cuerpo: A través del juego los niños descubren su cuerpo, qué pueden hacer con él y su capacidad para mejorar.
- Desarrollo de hábitos de cooperación: A través del juego los niños aprenden a trabajar en equipo, a unir esfuerzos con los de los demás para perseguir un fin común.
- Desarrollo sensorial y mental: El juego le exige al niño mejorar sus habilidades de percepción y discriminación sensorial.
