La zorra y el caballo
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La zorra y el caballo

Edades:
A partir de 4 años
Valores:
La zorra y el caballo Había una vez un campesino que tenía un fiel caballo. El caballo estaba ya viejo, así que no podía prestarle ningún servicio en el campo. Por eso su amo se decidió a no darle más de comer y le dijo:

- Ya no me sirves de nada, viejo caballo; pero para que veas que te tengo cariño, te guardaré si me demuestras que tienes aún la fuerza suficiente para traerme un león. Y ahora, fuera de la cuadra.

Y con esas duras palabras el campesino echó al viejo caballo de su casa. El animal se encaminó tristemente al bosque, en busca de un lugar donde cobijarse. Y en ello estaba cuando se encontróse allí con la zorra, la cual le preguntó:

-¿Qué haces por aquí, viejo caballo tan cabizbajo y solitario?

- ¡Ay! - respondió el caballo-. La avaricia y la lealtad raramente moran en una misma casa, amiga zorra. Mi amo ya no se acuerda de los servicios que le he venido prestando durante tantos años, y porque ya no puedo arar como antes, se niega a darme pienso y me ha echado a la calle.

- ¿Así, sin más? ¿No puedes hacer nada para evitarlo? - preguntó la zorra.

- El remedio es difícil -dijo el caballo-. Me dijo que si era lo bastante fuerte para llevarle un león, me guardaría. Pero sabe muy bien que no puedo hacerlo.

- Yo te ayudaré-dijo la zorra-. Túmbate bien y no te muevas, como si estuvieses muerto.

El caballo hizo exactamente lo que le indicó la zorra, y ésta fue al encuentro del león, cuya guarida se hallaba a escasa distancia. Cuando lo encontró y le dijo:

- Ahí fuera hay un caballo muerto; si sales, podrás darte un buen banquete.

Salió el león con ella y, cuando ya estuvieron junto al caballo, dijo la zorra:

- Aquí no podrás zampártelo cómodamente. ¿Sabes qué? Te ataré a su cola. Así te será fácil arrastrarlo hasta tu guarida, y allí te lo comes tranquilamente.

Al león le pareció bien la idea de la zorra y, siguiendo su consejo, se colocó de manera que la zorra, con la cola del caballo, ató fuertemente las patas del león, y le dio tantas vueltas y nudos que no había modo de soltarse

La zorra y el caballoCuando hubo terminado, golpeó el anca del caballo, y dijo:

- ¡Vamos, jamelgo, andando! Se incorporó el animal de un salto y salió al trote, arrastrando al león. Se puso éste a rugir con tanta fiereza que todas las aves del bosque echaron a volar asustadas; pero el caballo lo dejó rugir y, atravesando el campo, lo llevó arrastrando hasta la puerta de su amo. Al verlo éste, cambió de propósito y dijo al animal:

- Te quedarás a mi lado, y lo pasarás bien.

Y en adelante no le faltaron al caballo sus buenos pienso, hasta que murió de viejo.
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