En Marzo de 2018 nos dejaba Stephen Hawking, a los 76 años. Seguro que te suena su nombre y puede que incluso hayas visto la película que se hizo sobre su apasionante vida 'La teoría del todo'. Pero, ¿sabes exactamente cuáles fueron sus importantes aportaciones a la historia de la ciencia?
Stephen Hawking nació en 1942 en Oxford (Reino Unido). De hecho, en la universidad de esa prestigiosa ciudad británica inició sus estudios universitarios. Después se doctoró en Física Teórica y Cosmología en la Universidad de Cambridge.
Con solo 21 años los médicos le dijeron que tenía esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa progresiva que poco a poco va impidiendo a las personas que la padecen moverse y hablar. Esto le obligó a usar, durante las últimas décadas de su vida, un aparato electrónico para poder comunicarse. La verdad es que, a pesar de su enfermedad, Hawking falleció con 76 años por lo que convivió 55 años con la ELA. Por eso tuvo la oportunidad de convertirse en uno de los científicos más destacados de todos los tiempos e investigar a fondo sobre el origen del Universo.
Su primera aportación llegó a mediados de la década de 1970. Hawking descubrió que los agujeros negros no eran completamente negros ya que emitían una radiación. Desde entonces se la llamó 'radiación Hawkingi, en honor al astrofísico y cosmólogo británico.
En 1977 ingresó en el Departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica de Cambridge y se convirtió en profesor de Física Gravitacional. De hecho llegó a ocupar la cátedra que siglos atrás había sido de Isaac Newton, padre de las tres leyes del movimiento y de la ley de la gravitación universal.
E
n 1985 se quedó sin voz y empezó a usar un ordenador para poner comunicarse. En 1988 publicó su obra más destacada: 'Breve historia del tiempo'. Fue un gran éxito a nivel mundial, con más de 25 millones de ejemplares vendidos. De hecho, muchos le consideran el heredero de Albert Einstein. En el 89 se le reconoció con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
En el año 2004, tras reconsiderar su propia teoría sobre los agujeros negros, dijo que no tenía tan claro que fuesen una especie de pozo sin fondo como siempre había dicho en sus estudios. En 2007 realizó un vuelo a la estratosfera en el que pudo experimentar la ingravidez. En 2015 presentó un proyecto de búsqueda de vida extraterrestre.
