El árbol de la esperanza
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El árbol de la esperanza

El árbol de la esperanza Érase una vez un pueblecito muy lejano, en el que había una familia muy pobre que se dio cuenta de que llegaban las navidades y apenas tenían dinero para poder decorar su casa. Los niños estaban preocupados porque pensaban que si su casa no estaba decorada, ni Papá Noel ni los Reyes Magos, se darían cuenta de ellos y no traerían ni regalos ni paz a a su hogar. Tan sólo disponían de un árbol sin adornos.

Un domingo por la tarde los dos hermanos José y Andrea decidieron revisar el trastero para si encontraban adornos para poner a su árbol. Sacaron un montón de cajas y solo encontraron un álbum con fotos de la familia y cosas viejas de los abuelos que ya no se usaban. Intentando colocar todo de nuevo Andrea encontró una bolsa amarilla que no habían revisado y cuál fue su sorpresa cuando se encontró con seis bolas rojas de navidad. Los dos niños se pusieron muy contentos y subieron las escaleras de la casa corriendo para enseñar el hallazgo a sus padres.

Sus padres, sonrientes, les dieron permiso para decorar el árbol ya mismo mientras su madre decidió hacer un chocolate para merendar.
Los niños lavaron las brillantes bolas y las frotaron para quitar el polvo como si de joyas se trataran. Después se quedaron mirando al árbol para encontrar los mejores huecos para cada una de ellas. Sin embargo cuando las colocaron su ilusión se vino abajo. Cuando llegaron sus padres les preguntaron extrañados:

- Niños, estáis serios ¿Qué ha pasado? – Preguntó el padre-.
- Nada papá, es que aún colocando esas bolas, el árbol es muy grande y solo así queda feo. – Le respondió José-.
- ¿Sabéis qué podemos hacer? – dijo sonriente el padre-. Pintar postales de colores y colgarlas en el árbol-
- ¡Qué buena idea papá! – Respondió Andrea entusiasmada-.

LEl árbol de la esperanzaa familia merendó tranquilamente y después se pusieron a pintar postales que les quedaron muy bonitas. Las colgaron juntos y sonrieron al ver el árbol porque ya no se veia tan desangelado.

El día de Navidad los niños se levantaron corriendo de la cama y gritaron cuando vieron que su árbol estaba lleno de regalos.

- ¡Mamá, Papá, mirad cuantos regalos, y hay una carta encima de uno de ellos! – gritó José.
- Cógela hijo y léenos que pone – dijo su madre que bajaba por las escaleras a toda prisa-.

Cuando José y Andrea abrieron el sobre se encontraron con esta nota y se sintieron muy felices: “La sencillez es magia cuando se pone ilusión y esfuerzo. Feliz Navidad. Papa Noel.”
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