El inspector Tolisto y el caso de la playa verde
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El inspector Tolisto y el caso de la playa verde

Edades:
A partir de 6 años
El inspector Tolisto y el caso de la playa verde En Villamojada, un pequeño pueblecito costero famoso por su playa de fina y clara arena, había aterrizado la tragedia. Su hermosa y apreciada playa había amanecido de color verde. Pero no por algas o cualquier elemento natural, no. Lo que había ocurrido es que alguien había pintado la playa con un espray de color verde fosforito.

Los vecinos, al descubrirlo, se echaron las manos a la cabeza. La temporada estival iba a comenzar en breve y muchas familias dependían del turismo veraniego.

Todos los vecinos se reunieron en la plaza del pueblo. Había que solucionar el problema. Entre todos decidieron retirar la arena pintada con palas. Trescientos vecinos del pueblo y veinte o treinta turistas que habían adelantado sus vacaciones se unieron a las labores de limpieza de la playa. Toda la arena se amontonó en el lugar más apartado posible de la playa.

Pero fue en vano, pues a la mañana siguiente la playa volvió a aparecer pintada con spray. Esta vez el gamberro había elegido un verde más oscuro, un verde botella.

Los vecinos y turista volvieron a reunirse para limpiar la playa. Esta vez se unieron también habitantes de los pueblos vecinos. Toda la arena de color verde botella se amontonó junto a la arena verde manzana recogida el día anterior.

Entre tanto, el alcalde, en secreto para no alertar al posible gamberro, se puso en contacto con el inspector Tolisto, amigo de la juventud que trabajaba en la comisaría de la capital. El inspector Tolisto llegó a Villamojada en pocas horas, cuando aún estaban limpiando la playa.

-Investigaré a fondo este caso -dijo el inspector Tolisto a su amigo el alcalde-. Me da en la nariz que este gamberro no va a parar de pintar la playa.

Y así fue. A la mañana siguiente la playa amaneció de color verde fosforito. Los vecinos, muy disgustados, volvieron a coger sus palas para retirar la arena pintada y amontonarla junto a la arena verde manzana y verde botella.

Pero lo que no sabía el gamberro es que el inspector Tolisto había colocado unas potentes y diminutas cámaras en los accesos la playa y en los miradores. Así, el inspector Tolisto no solo pudo identificar al gamberro, sino que pudo seguirlo para descubrir dónde se escondía.

Esa misma mañana, mientras los vecinos retiraban la arena pintada, el inspector Tolisto fue a la casa del culpable y lo arrestó. El gamberro resultó ser un turista sin malas intenciones, pero un poco corto de mollera.

-Yo no quería hacer mal a nadie -dijo el detenido-. Pinté la arena para que la playa fuera más original. Estoy enamorado del color verde.

Y eso era verdad. Tanto le gustaba el verde a este hombre que llevaba medio cuerpo con tatuajes en tonos verdes. Además, llevaba el pelo teñido de verde y todas sus cosas era de color verde. ¡Incluso tenía los ojos verdes! Y, por si esto fuera poco, con los sprays había pintado toda la habitación del hotel en el que se alojaba de color verde. Paredes, muebles, lámparas, puertas…. todo. Los dueños iban a enloquecer cuando lo vieran.

El inspector Tolisto y el caso de la playa verde-Pero, hombre, ¡no ve usted que esto no se puede hacer así! -le dijo el inspector Tolisto-. Salta a la vista que usted está obsesionado con el verde. Es enfermiza su obsesión, no cabe duda. Lo que no puede hacer es ir sembrando de verde todo lo que hay a su alrededor. Además, ¿no sabe usted que esos sprays pueden resultar tóxicos para el medio ambiente?

El hombre se arrepintió y prometió compensar su mal haciendo una jugosa donación al pueblo, puesto que el mal ya estaba hecho y la arena pintada no se podía limpiar. Y como algo había que hacer con esa arena en tonos verdes, los vecinos decidieron convocar un concurso de arte para reciclar. Los cuadros, esculturas y otras obras de arte se utilizaron para hacer una exposición permanente.

Ahora, Villamojada no es famosa solo por su hermosa playa, sino también por su exposición, única en el mundo.
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