El troll que quería volar
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El troll que quería volar

Edades:
A partir de 4 años
El troll que quería volar Había una vez un troll que quería volar. Todo el mundo se reía de él, pero al troll le daba lo mismo.

-Yo quiero volar, y volaré -decía el troll a todo el que se reía de él.

- Eres un troll, no un pájaro; no estás hecho para volar - le decían todos.

Pero el troll no hacía caso. Él quería volar, y nadie iba a arrebatarle su sueño.

El troll visitó a brujas, magos y hechiceros de todo el mundo. Viajó y viajó, pero nadie le dio una solución.

Como nadie conseguía hacerlo volar, el troll decidió construirse unas alas de madera. Pero no funcionaron.

Después, el troll probó a construir las alas de papel. Y luego de hojas, y luego volvió a probar con la madera. Pero nada. No había manera.

Un día, al troll se le ocurrió pedirle al águila que le llevara dar un paseo por el cielo.

-Si no puedo volar por mí mismo, al menos probaré el sabor del aire sin pisar el suelo -soñó el trol.

El águila quiso ayudar al troll, pero cuando intentó levantarlo, no pudo.

-Pesas mucho para mí, amigo -dijo el águila-. Deja que vaya a buscar a unas amigas y entre todas se llevaremos a dar un paseo.

El águila se fue y volvió con otras dos compañeras. Entre las tres levantaron al troll a duras penas y se lo llevaron.

El troll era feliz. Desde allí arriba podía ver muy lejos, sentir la libertad de no estar atado a la tierra.

Pero entonces, debido al peso, el troll se escurrió de las garras de una de las águilas. Las otras dos no pudieron con él y el troll se precipitó al vacío. Y cayó al suelo.

-Uf, menos mal que tengo la cabeza dura -dijo el trol, sin poderse mover.

OEl troll que quería volartros troles fueron a por él y lo llevaron a casa. Allí estuvo semanas recuperándose de la caída.

-¿Lo vas a dejar ya? -le preguntó su madre.

-Tranquila, no volveré a pedirle a nadie que me lleve volando -dijo el trol-. Estoy perfeccionando el diseño de mis alas. Está claro que tengo que conseguirlo por mí mismo.

Y así fue como el troll siguió investigando. Si lo consiguió o no no es lo importante. Lo importante es que él continuó buscando su sueño, trabajando para lograr lo que más deseaba. Y que, por el camino, aprendió muchas cosas buenas.
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