La profesora Leonor entró en la clase y sonrió antes de explicar a los niños en qué consistiría este año la fiesta de Navidad del colegio. Era una idea original y estaba segura de que todos participarían contentos:
-Niños, escuchadme un momento, por favor. Antes de que salgáis al recreo os quiero comentar una cosita. Ya estamos en noviembre y queda cerca de un mes para que celebremos la fiesta de Navidad del colegio. Este año os planteamos un concurso diferente. No os vamos a pedir la postal de Navidad, o hacer un teatro de un Belén viviente como el año pasado. Este año queremos llenar el árbol de navidad con vuestras estrellas. Cada uno debéis hacer una con vuestra familia y traerla. Aquellas que sean más originales se pondrán en la parte superior del árbol y, además, tendrán como regalo una merienda con toda la familia en El Jardín de los Niños.
Los niños aplaudieron entusiasmados. El Jardín de los Niños era el sitio de moda. Había piscinas de bolas, ricos chocolates y música de los grupos más conocidos. Sin embargo, uno de los alumnos Javier, se quedó preocupado:
-Con lo que trabajan papá y mamá no van a tener tiempo para ayudarme a hacer la estrella. Creo que no sé lo voy a decir y la haré yo solo -pensó Javier para sí mismo.
Javier se esforzó cogiendo materiales que tenía en casa, cartulinas, plastilina, ceras, etcétera. Pasaba las tardes ocupado en su estrella al acabar los deberes. Cuando la abuela se iba y llegaban papa y mamá les decía que tenía que hacer un ejercicio de plástica sin contar mucho más.
Sin embargo, la mamá de Javier siempre estaba muy pendiente de todo lo que sucedía en el colegio a través de la profesora y otros papás, así que se enteró del ejercicio y habló con el papá. Ambos quedaron en darle una sorpresa a Javier y coger la estrella por la noche para poner sus detalles personales.
Al día siguiente ya era la fiesta de Navidad del colegio, un día especial donde se cantaban villancicos, se disfrutaba de la decoración del colegio, se contaban historias y se hacían concursos. Javier sabía que no ganaría el premio, pero tenía ganas de ver las demás estrellas y participar.
Cuando la profesora pidió que cada uno colgará su estrella en el árbol, Javier se quedó extrañado cuando sacó la suya y vio que estaba diferente a como la había dejado ¿Qué había sucedido? En la estrella veía en las puntas los colores favoritos de papá y mamá, purpurina dorada que él no tenía en casa y parecía que tenía mucha más luz. La entregó sin decir nada a la profe del sorprendente cambio que había sufrido su estrella.
Cuando los profesores dijeron que la estrella de Javier era una de las más originales, el niño no podía creérselo.
-Una de las estrellas que más nos ha emocionado es la de Javier García -dijo el director-. Además de ayudarte, tus padres te han dejado este mensaje: "Aunque tú no lo sepas nunca estarás solo. Papá y Mamá". Y para que disfrutes con ellos, Javier, os iréis todos a merendar al Jardín de los niños está tarde.
Javier no se lo creía ¿Cómo se habían enterado? Le había hecho tanta ilusión que sus padres le hubieran dado esa sorpresa que pasó la mejor fiesta de navidades del colegio de su vida, que sería el antecedente de las mejores navidades en familia.