En una de sus excursiones por el Universo, Pat y Pot llegaron a un planeta completamente blanco. Era precioso, todo cubierto de nieve.
-Lo llamaremos el planeta nevado. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
-Podríamos quedarnos aquí una temporada. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
A pesar de que la conversación no parecía muy fluida, Pat y Pot se entendían perfectamente. En aquel planeta se podían hacer muchísimas cosas.
-Este planeta es perfecto para esquiar. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
-Podremos hacer guerras de bolas de nieve. ¡Qué divertido! ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
-Y adornaremos los árboles para que siempre parezca Navidad. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
Y así se pasaban los días: esquiando, tirándose bolas de nieve y decorando árboles como si fuera Navidad.
Los días pasaban y siempre era igual. Curiosamente, nunca nevaba. Y la temperatura era siempre la misa.
-Parece que hace frío. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
-¿Cómo que te parece perfecto, Pot? A mí me gusta el frío, pero no tanto. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
Pot empezaba a ponerse nervioso. Pat no había tenía nunca mucha conversación, pero empezaba a dudar si le entendía bien.
-Creo que deberíamos irnos. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
-Mejor vete tú a buscar otro planeta. Yo te espero aquí. ¿Qué te parece, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
-¿Te estás enterando de lo que te estoy diciendo, Pot?
-Me parece perfecto, Pat.
-Creo que tanto frío te ha congelado el cerebro, Pot.
-Estás tan acostumbrado a que te dé la razón, Pat, que ya ni me escuchas.
-¿Me estabas gastando una broma, Pot?
-Y ha sido perfecta, Pat.
-¿Qué hacemos ahora, Pot? ¿Qué te parece?
-A mí me gusta el planeta nevado, aunque echo de menos un poco de playa. Me gustaría hacer otra excursión por el Universo y buscar algo así. ¿Qué te parece, Pat?
-Me parece perfecto, Pot.
Y juntos se fueron a buscar nuevos mundos. Otra vez.