Sito era un avión pequeño que estaba aprendiendo a volar.
Sus pequeñas alas todavía no le permitían subir muy alto pero él lo intentaba una y otra vez con muchas ganas. Su profesor de vuelo se llamaba Lolo. Era un avión que había volado mucho en su vida y había conocido muchos países.
Sito era su alumno favorito, porque aprendía muy rápido y siempre tenía mucho cuidado en sus maniobras. Los días de lluvia, cuando no podían salir a volar, Lolo le contaba a Sito sus historias. Un día le contó que había conocido a una familia de pelícanos y había cruzado con ellos el océano y otro le contó que la primavera era su estación favorita para volar porque podía sentir el olor de las flores y apreciar los muchos colores de los árboles en esa época del año.
Poco a poco Sito aprendió a volar y pronto pudo empezar a hacer viajes largos y divertidos como un avión grande. Era un avión tan rápido que pronto se hizo muy famoso. Todas las personas querían viajar en él y Sito estaba muy contento y orgulloso. Como viajaba tanto, estaba muy poco tiempo en su ciudad y no tenía apenas ocasiones de charlar con el que había sido su profesor, Lolo.
Al principio le dio pena, pero luego estaba tan ocupado que ya casi ni se acordaba.
Mientras, Lolo seguía enseñando a los pequeños aviones a volar, pero ninguno era como Sito. Los aviones nuevos eran traviesos, no escuchaban y querían volar solos demasiado pronto. Por eso Lolo echaba mucho de menos a su alumno favorito.
Al cabo de un tiempo, Sito llegó a ser muy conocido en el mundo de los aviones. Tanto, que un día le dijeron que querían hacer una película sobre su vida. Sito recordó que si él había aprendido a volar había sido gracias a Lolo, su profesor. Y que sin él, nunca habría podido ser tan famoso.
A
sí que le llamó para que también saliese en la película. Lolo se emocionó mucho y le dio las gracias a Sito. Le hacía mucha ilusión que su alumno se hubiese acordado de él. Pero los productores de la película no pensaban lo mismo.
- Es un avión viejo e inútil -dijeron enfadados-
Sito se molestó mucho al oír eso y les dijo que Lolo se lo había enseñado todo.
- Es una cuestión de lealtad. Si él no aparece, no grabaré la película.
Al final, Sito y Lolo salieron juntos en la película. Lolo pudo contar sus historias y Sito las suyas. Pero sobre todo, los dos contaron la historia que habían vivido juntos, primero como profesor y alumno y después como amigos.