Mucha gente cree que los primeros europeos en llegar a América fueron los tripulantes de la Pinta, la Niña y la Santa María, las tres carabelas con las que Cristóbal Colón cruzó el océano en el año 1492, pensando que, de esa manera, podría llegar a la India.
Lo que se encontraron fue un nuevo continente, un Nuevo Mundo, como luego lo llamarían. Aunque eso aún tardó mucho tiempo en conocerse. En realidad, todos pensaban que, efectivamente, habían llegado a la India.
Sin embargo, Colón y su tripulación no fueron los primeros europeos en poner un pie en América. Unos 500 años antes, en torno al año 1000, los vikingos ya habían estado en el continente americano. Se trataba de un grupo de exploradores, liderados por Leif Eriksson, hijo de Erik el Rojo.
Erik el Rojo había sido expulsado de su tierra, Islandia, por matar a un vecino. Tras la expulsión se echó al mar con su familia y llegó a un lugar desconocido hasta entonces, al que llamó Groenlandia. Esto ocurrió en torno al año 985. Su hijo Leif, al hacerse mayor, quiso volver a la tierra de sus antepasados, a Noruega, concretamente, la tierra de su abuelo.
La cuestión es que los vikingos encontraron una tierra desconocida para ellos.
Vieron una tierra llena de árboles. Algo que les sorprendió porque en Groenlandia no había muchos. Y para ellos eran muy valiosos. También se quedaron impresionados con sus playas y con unas exquisitas bayas con las que pronto descubrieron que podían hacer una bebida fermentada muy interesante: vino. Los vikingos llamaron a esta tierra Terranova. Hoy la conocemos como Canadá.
Un buen grupo de vikingos se asentó en esta nueva tierra. Pero pronto empezaron las peleas y las luchas con los habitantes del lugar. No obstante, los vikingos consiguieron quedarse en esa nueva tierra. Y allí vivieron durante varios siglos. Pero hacen unos 600 años el clima se enfrió, por lo que se marcharon, en busca de tierras más cálidas.