Érase una vez un hipopótamo rosa que flotaba…
Chin Chin
Disfrutaba de la felicidad de su alrededor
Chin Chin
Todos los animales que se encontraba a su paso le preguntaban:
-¿Por qué eres tan feliz hipopótamo?
-Porque me encuentro bien, no estoy malito y seguía flotando...
Chin Chin
Todos los muñecos que se encontraba a su paso le preguntaban:
-¿Por qué eres tan feliz hipopótamo?
-Porque tengo muchos amigos y estoy contento y seguía flotando…
Chin Chin
Todos los juguetes que se encontraba a su paso le preguntaban:
-¿Por qué eres tan feliz hipopótamo?
-Porque tengo al lado a mi familia y eso me hace sentir seguro y seguía flotando…
Chin Chin
Todos los mayores que se encontraba a su paso le preguntaban:
¿Por qué eres tan feliz hipopótamo?
Porque estoy a gusto como soy, me gusta todo de mí y eso me hace ser feliz.
Chin Chin
Todos los niños que se encontraba a su paso le preguntaban:
-¿Por qué eres tan feliz hipopótamo?
-Porque estudiar me gusta, es divertido aprender cosas y eso me hace feliz.
Y seguía flotando…
Chin Chin
La última niña con la que se encontró le enseñó una libreta donde tenía anotado todo lo que el h
ipopótamo había dicho a todo el mundo en respuesta a la misma pregunta y encima de la hoja había un título: La receta de la felicidad
-Hipopótamo Rosa, que flota y flota. Tengo guardado tu secreto para ser feliz. Ojalá de mayor pueda ser como tú y sentirme así de bien.
-Claro pequeña, si tienes en cuenta todo lo que os he dicho disfrutarás de lo que tienes y serás muy feliz.
Chin Chin