El miedo de Carlos a las excursiones
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El miedo de Carlos a las excursiones

Edades:
A partir de 4 años
El miedo de Carlos a las excursiones Carlos tenía un miedo atroz a las excursiones en las que tenía que ir en autobús. Es curioso, porque en realidad nunca había ido a ninguna, pero todo lo que le habían dicho sus padres en casa sonaba fatal.

Todo empezó el primer día que la profesora le dio una hojita donde ponía que iban a visitar unos monumentos de la ciudad. Carlos la llevo a casa y mamá le preguntó:

-Creo que están en las afueras. Ay, a ver si no tienes que ir en bus.

Carlos no sabía lo que era esa palabra “bus”, pero un compañero se lo explicó.

-Un bus es un autobús, que es como un camión grande que se mueve mucho, que nos lleva a todos a la vez y que va más despacio que un coche -le dijo.

Eso no le sonó muy bien a Carlos. Pero esta vez no pasó nada, porque la excursión consistía en visitar unos monumentos en el centro de la ciudad, así que fueron andando.

En otra ocasión pasó algo similar, pero esta vez habló con papá y este le dijo:

-No me gustan las excursiones en autobús. A ver si tienes suerte y no vais en él. A mí siempre me gastaban alguna broma y se montaba una pelea.

-¡Ay, yo nunca me he pegado con nadie, qué miedo! -dijo Carlos.

Carlos cruzó los dedos para tener suerte y no tener que ir en autobús. Finalmente cayó una gran tormenta y la excursión se suspendió.

Otro día a Carlos le dijeron que iban a pasar el día entero fuera. Parecía emocionante la experiencia. Cuando llegó a casa y se lo comentó a mamá esta le dijo:

-Uy, hijo, para llegar a ese pueblo hay muchas curvas. Te marearás en el autobús.
-Marearse que sensación más fea -dijo Carlos-. No me gusta el autobús.

Al final Carlos no pudo ir porque se puso enfermo. Sin embargo, lo que le contaron sus amigos le parecía muy divertido y no le hablaban de marearse.

SEl miedo de Carlos a las excursionese acercaba el fin de curso y la profesora había organizado una nueva excursión. Esta vez para ver un museo de dinosaurios. Pero esta vez Carlos no se iba a librar. Tenía mucho miedo, aunque en el fondo quería ir. La profesora le tranquilizó diciéndole:

-Ven cerca de mí y pídeme ayuda siempre que lo necesites.

Pero en cuanto comenzó el viaje a Carlos se le pasó el miedo. Todo era nuevo para él. El autobús era muy cómodo y fueron cantando todo el camino.

Cuando Carlos volvió estaba encantado. Había disfrutado del paisaje por la ventanilla del autobús, de cantar canciones con los compañeros, de sacarse fotos, de compartir chuches, de hablar con la profe y de conocer cosas nuevas.
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