Noto era un niño al que le encantaba la música, pero era muy tímido para tocar frente a otros. Un día, encontró un viejo libro de partituras en un rincón olvidado de la biblioteca municipal.
—¿Qué es esto? —preguntó Noto mientras abría el libro. Las notas en las páginas parecían moverse.
Noto se llevó el libro a casa. En cuanto llegó, el niño tocó algunas notas en su flauta. De repente, una nota dorada saltó del libro.
—¡Hola! Soy Vibra, la nota mágica —dijo con una voz melodiosa.
—¡Guau! —exclamó Noto—. ¿De dónde vienes?
—Vengo de la música. ¿Quieres aprender sobre cómo se produce y se propaga el sonido? —preguntó Vibra.
—¡Sí! —dijo Noto emocionado.
Vibra llevó a Noto a la cima de una montaña.
—Escucha el eco —dijo Vibra.
Noto gritó y el sonido volvió como un espejo.
—¡Eco, eco! —repitió Noto.
—El sonido rebota en las rocas —explicó Vibra.
Después, viajaron a un bosque lleno de árboles altos y frondosos. Vibra hizo una melodía con las hojas y las ramas.
—Aquí el sonido se esconde entre los árboles —dijo Vibra—. Se llama reverberación.
Noto tocó una nota y escuchó cómo el sonido se desvanecía lentamente entre las hojas.
—¡Es como magia! —dijo Noto.
Luego, fueron al océano. Se sumergieron bajo el agua.
—El sonido aquí es diferente —dijo Vibra—. Viaja en ondas.
Noto tocó una nota bajo el agua y sintió las vibraciones.
—¡Es increíble! —dijo Noto.
Más tarde, llegaron a una cueva. Vibra golpeó una roca y el sonido retumbó en todo el lugar.
—Esto es un eco muy fuerte —dijo Vibra—. El sonido rebota muchas veces.
Noto, asombrado, repitió el sonido y rio.
Al regresar al desván, llenos de recuerdos y melodías, Noto se enfrentó a un dilema. Vibra, mirando la partitura de la que había venido, suspiró.
—¿Qué pasa, Vibra? —preguntó Noto.
—Debo decidir si volver a mi partitura o quedarme contigo —dijo Vibra.
Noto pensó en todas las cosas que había aprendido y cómo se sentía más seguro con la música.
—Vibra, eres mi amiga. Quiero que te quedes conmigo. Juntos podemos descubrir más sobre el sonido y la música —dijo Noto.
Vibra sonrió y brilló con más intensidad.
—¡Sí! Me quedaré contigo, Noto —dijo Vibra.
D
esde ese día, Noto y Vibra viajaron por Melodía, compartiendo su música y enseñando a otros niños sobre el maravilloso mundo del sonido. Noto ya no tenía miedo de tocar su música, porque sabía que Vibra estaba a su lado.
Exploraron lugares nuevos, como los jardines del pueblo, donde las flores parecían cantar, y las calles empedradas, donde los pasos creaban ritmos.
—Mira, Vibra, ¡los sonidos están por todas partes! —dijo Noto.
Noto y Vibra llenaron de música y risas cada rincón de Melodía. Juntos, mostraron a todos que la música es un viaje que se disfruta mejor con amigos. Los niños del pueblo, inspirados por Noto y Vibra, comenzaron a crear sus propias melodías, llenando Melodía de armonías y alegría.
Así, Noto y Vibra siguieron explorando, aprendiendo y compartiendo la magia del sonido, demostrando que la música y la amistad pueden transformar el mundo.
