En un pueblecito campestre había dos ardillas que estaban muy enamoradas. A la pareja le encantaba correr por la hierba entre los árboles, explorar los huecos de los troncos, coger flores con su boca y bellotas y avellanas con sus manos. Todas las tardes compartían la merienda bajo el canto de los pájaros en el bosque. Todos los amigos en el bosque estaban a gusto con las ardillas menos los padres de una de ellas, que deseaban que la ardilla se casara con un árbol.
La ardilla no lo entendía ¿Por qué querían que estuviera con un árbol si es alguien mucho más grande que ella?
Las ardillas intentaban no preocuparse del enfado de sus padres y todos los días intentaban disfrutar estudiando juntas lo que el profesor ratón les enseñaba sobre la naturaleza y sobre los números, paseando a la orilla del lago y jugando con los demás animalillos del bosque.
Un día que estaban correteando por la hierba el papá de la ardilla apareció y la llamó con su grito estruendoso. La ardilla se asustó y como vio a su papá así de enfadado decidió que debía de irse a casa con él. La otra ardilla se quedó preocupada y se fue a apoyar encima de una piedra. Un pájaro que pasó por allí y la vio sola y triste se acercó para hablar con ella:
-¿Qué te pasa amiga ardilla? Te veo triste.
-Sí, pájaro Lucas, el padre de mi compañera ardilla ha venido enfadado y se ha ido con él a casa. Le gustaría que ella estuviera con un árbol.
-¡Vaya! ¿Un árbol? ¿Y por qué? -preguntó el pájaro Lucas extrañado.
-No lo sé, nunca he podido hablar con él -contestó la ardilla preocupada.
-¡Yo lo haré! -dijo el pájaro.
A la mañana siguiente el pájaro Lucas fue volando por el bosque hasta que llegó a la casa en la que la ardilla vivía con sus padres. Golpeó con su pico en la puerta y el papá ardilla salió a ver quién hacía ese ruido. Cuando se encontró con el pájaro este se presentó y le explicó por qué había ido a verlo. El pájaro Lucas le informó de que las ardillas estaban muy tristes y que a él le gustaría ayudarlas y saber por qué no quería que estuvieran juntas.
El papá ardilla le explicó que le gustaría que su hija ardilla estuviera con un árbol porque la iba a proteger y a cuidar más. Es más fácil que la controle viéndola desde arriba con sus enormes copas.
El pájaro se quedó sorprendido de la respuesta y consiguió que papá ardilla cambiara de opinión. Le explicó que para que la ardilla fuera feliz no tendría que sentirse en una jaula, que él como pájaro se lo podría explicar, que si estuviera con un árbol tendría que estar siempre dentro de su tronco y que la ardilla necesitaría alguien que la haga ser independiente y no que la proteja, que en el bosque hay muchas cosas que descubrir y tenía que disfrutarlo.
Papá ardilla se quedó pensando y al final decidió que su hija tendría que elegir libremente a quien ella quisiera para que fuera feliz y fuera sobre todo, como le explicó el pájaro Lucas, LIBRE.