En Halloween los niños del barrio se disfrazaban de brujas, zombis o esqueletos. Las calles y las casas se decoraban con calabazas o murciélagos y Marta quería saber por qué. Así que investigó y esto es lo que averiguó sobre la celebración de Halloween.
Este día, normalmente el 31 de octubre, los niños pasean por las calles pidiendo dulces en las casas. Dicen “truco o trato”. Si los adultos les dan caramelos quiere decir que han aceptado el trato. Si no, les gastan una pequeña broma.
Aunque lo veamos sobre todo en las pelis americanas de Hollywood, Halloween o la Noche de Brujas es una fiesta que proviene de la cultura celta. Se celebraba en los países anglosajones, sobre todo en Canadá, Estados Unidos, Irlanda y el Reino Unido. Actualmente se celebra en casi todos los países, incluida España.
La historia del Halloween viene de hace más de 2.500 años. Por aquel entonces, el año celta terminaba al final del verano, en concreto, el 31 de octubre. Era entonces cuando se llevaba al ganado de los prados a los establos para pasar el invierno. Ese día, se suponía además que los espíritus podían salir de los cementerios y adueñarse de los cuerpos de los vivos para resucitar. Para evitarlo, los vecinos decoraban sus casas con huesos, calaveras y demás cosas desagradables para dar miedo a esos espíritus. Pero como les daban algo de lástima, colocaban además velas en las ventanas y dejaban algo de comida a la entrada de las casas. Como decimos, la tradición surgió en Irlanda, aunque también se celebraba en países como Inglaterra, Escocia, e incluso en Francia y España, sobre todo en Galicia. En los pueblos celtas, la fiesta se llamaba “Samhain”, lo que
quería decir “el final de la cosecha”. Era el día que empezaba el invierno y el año nuevo. En el siglo XIX, los irlandeses llevaron la tradición a Estados Unidos y, a principios del siglo XX, la celebración comenzó a llamarse Halloween y se extendió por todo el país. Cada 31 de octubre, empezaron a dejarse ver por todas partes calabazas, disfraces de fantasmas, vampiros y brujas y todo tipo de decoración terrorífica. De ahí viene la tradición de decorar con cosas siniestras las casas en la víspera de todos los santos y también de disfrazarse.
