Richi, el globo azul
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Richi, el globo azul

Edades:
A partir de 4 años
Richi, el globo azul Hubo una vez un niño que tenía un globo azul. Su mamá se lo compró en una feria. Era un globo del color de cielo, redondito, con una cuerdecita para que no saliera volando.

El niño se enamoró del globo nada más verlo. Cuando llegó a casa cogió un rotulador negro y le dibujó una bonita cara sonriente. Al globo azul le debió de gustar, porque abrió su sonrisa todavía más.

—Te llamaré Richi —dijo el niño.

El niño iba con su amigo Richi, el globo azul, a todas partes. Enganchaba la cuerdecita a su muñeca y lo paseaba por toda la ciudad.

Pero un día, sin que el niño se diera cuenta, la cuerda de Richi se soltó y el globo salió volando hacia el cielo.

Cuando el niño se dio cuenta ya era demasiado tarde para atraparlo. Con grandes lágrimas en los ojos, el niño contempló cómo su amigo Richi, el globo azul, subía y subía, mientras su gran sonrisa desaparecía y se convertía en una mueca de tristeza.

Al ver al niño tan triste, su mamá le dijo:

—Tranquilo, compraremos otro globo.

Pero el niño no quería otro globo, quería a su amigo Richi, el globo azul.

—No quiero otro globo, mamá —dijo el niño—. Un amigo no se puede sustituir.

El niño miraba todos los días al cielo, esperando encontrar a su amigo Richi, el globo azul. Pero no era el único que buscaba a su amigo. Richi también estaba buscando a su amigo, el niño que le regaló la sonrisa.

El viento hacía que Richi avanzara, pero él no sabía en donde dirigirse para encontrar a su amigo. Y pasaron los días. Richi, el globo azul, fue casa por casa, llevado por el viento, observando si su amigo lo reconocía. Pero no lo encontraba.

Un día, el viento empujó a Richi, el globo azul, hacia el suelo. Allí había un niño que llevaba un perro de paseo. El perro llevaba un collar con unos pinchos que asustaron a Richi. Por eso, en cuento el viento lo empujó, Richi se esforzó por subir para huir del perro. Pero se quedó enganchado entre las ramas de un árbol. Afortunadamente, las suaves hojas del árbol no hirieron al globo.

Sin embargo, Richi estaba triste. Ya no podría seguir volando en busca de su amigo. Y una lágrima se dibujó bajo uno de los hermosos ojos que su amigo le había regalado.

Richi, el globo azulEl viento intentó empujarlo hacia arriba. Intentó mover las ramas del árbol para que el globo quedara libre. Pero Richi, el globo azul, no podía soltarse.

Richi ya había perdido la esperanza de salir de allí cuando escuchó a un niño gritar de alegría:

—Mira, mamá, es Richi, el globo azul, mi amigo Richi.

Con mucho cuidado, la mamá del niño soltó el globo y se lo dio al niño. Richi volvió a sonreír y la lágrima desapareció.

El niño y su amigo Richi, el globo azul, no volvieron a separarse jamás. El niño sigue paseando con su globo, pero ahora tiene mucho más cuidado para que la cuerda no se suelte. Y no se separaron jamás.
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