Había una vez dos alienígenas, P30X y R15V, que viajaban solos por el espacio, cada uno en su nave espacial.
P30X era el último habitante de su planeta, que había desaparecido tras el impacto de un meteorito.
R15V también era el último habitante de su planeta, del que había tenido que huir debido a la contaminación.
P30X y R15V se conocían, pero se evitaban. Sus dos planeta habían estado en guerra muchos años atrás. Aunque la guerra había acabado, los dos planetas eran enemigos.
Un día, P30X recibió el impacto de un pequeño meteorito en su nave y tuvo que aterrizar de emergencia en un satélite cercano. Allí estaba R15V, arreglando su nave por el mismo motivo.
En aquel satélite también había otros alienígenas arreglando su vehículo, que también se habían visto afectados. Se trataba de una familia que regresaba a su casa.
El más mayor de los alienígenas se dio cuenta de cómo se evitaban P30X y R15V. Cuando se acercó más y reconoció el escudo de sus naves entendió por qué. Todo el mundo conocía la historia de sus dos planetas.
Los vio tan solos que decidió echarles una mano.
-Creo que tu amigo tiene la pieza que te falta -le dijo a uno.
Luego, se acercó al otro y le dijo:
-He visto a tu amigo arreglar lo mismo que a ti te falla.
P30X y R15V estaban ya hartos de estar allí. Y no querían pasar más tiempo en aquel lugar, atrapados. Así que, poco a poco, se fueron acercando el uno al otro.
-Creo que tienes una pieza que necesito -dijo P30X.
-Y por lo que tengo entendido tú sabes arreglar lo que tengo roto -dijo R15V.
E
l alienígena que les había ayudado se acercó y dijo:
-Tal vez podrías olvidar por un momento vuestras diferencias y ayudaros mutuamente.
P30X y R15V aceptaron. Y mientras se ayudaban se dieron cuenta que tenían mucho más en común de lo que pensaban. Y que esas diferencias que creían tener no eran tales, ya que ellos ni siquiera habían nacido cuando sus dos planetas estuvieron enfrentados.
-Tal vez deberíamos viajar juntos -dijo P30X.
-Me parece bien -dijo R15V.
Y desde entonces ninguno de los dos estuvo solo nunca más.