Sopa de palillo de morcilla
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Sopa de palillo de morcilla

Edades:
A partir de 6 años
Valores:
Sopa de palillo de morcilla Hace mucho tiempo, en el reino de los ratones, se celebró una cena de gala. Cuando llegaron los postres surgió en la conversación el tema de la sopa de palillo de morcilla. Muchos habían oído hablar de ella, aunque nadie la había probado ni sabía prepararla tampoco. Tal fue la curiosidad que despertó el tema que el rey ofreció el trono a quien aprendiera a hacer la sopa de palillo de morcilla.

A pesar del espléndido premio solo cuatro humildes ratoncitas aceptaron el reto. Cada una cogió un palillo de morcilla y quedaron en verse en el mismo lugar después de un año para preparar la receta.

Pasó un año y todos ratones se reunieron. También estaba allí tres de las ratoncitas. De la cuarta no se sabía nada, y muchos temieron que le hubiera pasado algo. El rey pidió que las presentes empezaran a preparar la receta. Así que la primera ratoncita empezó a contar a todos lo que había descubierto sobre la receta de la sopa de palillo de morcilla.

- Decidí investigar por el norte. En el bosque, los elfos preparaban la fiesta del árbol de mayo, durante la cual clavan un alto palo en el suelo alrededor del que bailan y enredan bonitas cintas de colores mientras suena la música. Al ver mi palillo de morcilla les pareció el apropiado y se lo presté. A la mañana siguiente me devolvieron el favor otorgando poderes mágicos al palillo. ¡Mirad!

La ratoncita dio un golpecito con él la mesa de la cocina e hizo que todos los utensilios dieran vueltas por la habitación.

- ¿Y la sopa de palillo de morcilla? -preguntó el rey. Pero no hubo respuesta.

Entonces habló la segunda ratoncita:

- Decidí hacerme poetisa, pues en una ocasión leí que quien es poeta, sabe hacer sopa de palillos de morcilla. Para ello decidí adquirir conocimiento, fantasía y sentimiento. Para lo primero me comí a la reina de las hormigas, la más sabia de todas. Arranqué una pluma a Fantasio,y devoré tres libros de novela para conseguir las dos últimas cualidades. Y ahora que soy escritora puedo hablaros de muchas cosas.

- ¿Y la sopa de palillo de morcilla? - preguntó el rey impaciente. Pero no hubo respuesta.

Así que pasó el turno a la tercera ratoncita.

- Nada más comenzar mi búsqueda, pasé por delante de la prisión, donde un carcelero hablaba del reo que acababa de llegar. Al parecer, las acusaciones se basaban en un rumor que había corrido por la población, pero que no era cierto. Escuché que decía esto: todo esto es sopa de palillo de morcilla, pero una sopa que puede costarle la vida. Yo no entendía nada, pero al preguntar a lechuza que encontré, me contó el secreto de la sopa de palillo de morcilla, y lo cierto es que no es verdad. Esta es la verdad, aunque quizá os duela: la sopa de palillo de morcilla es simplemente una expresión de los humanos cuando se refieren a la nada.

En ese momento llegó la cuarta ratoncita y dijo:

- ¡Tu verdad es una mentira! Porque yo conozco la auténtica receta de la sopa de palillo de morcilla y la voy a preparar ahora mismo. Yo no he recorrido lugares lejanos ni he hablado con criaturas extrañas, sólo he empleado mi sentido común. Necesito un caldero con agua hirviendo, y también un palillo de morcilla dentro de él.

Y cuando comenzó la ebullición, añadió:

Sopa de palillo de morcilla - Ahora es preciso que el rey dé vueltas a la sopa con la punta de su rabito.

- ¿Y no puede ser el rabo de cualquier otro ratón? - preguntó el rey, pues le parecía algo arriesgado introducir el rabo en el agua hirviendo.

- ¡Imposible!, - exclamó la ratoncita - pues es una virtud que sólo poseen los rabos de los reyes ratón, y cuanto más tiempo se agita el rabo en la sopa, más deliciosa sabe después-.

- ¡Bien! - dijo el rey - en ese caso, estoy seguro de que a los ratones no les importará probarla el día de nuestras bodas de oro, pues está claro que tú y no otra serás mi reina.

Y se celebró la boda. Pero muchos ratones dijeron, al regresar a sus casas:

-No debiera llamarse sopa de palillos de morcilla, sino de cola de ratón.

En su opinión, todo lo que habían contado estaba muy bien, pero el conjunto dejaba algo que desear.

-Yo, por ejemplo, lo habría explicado de tal y tal modo…

Era la crítica, siempre tan inteligente… pasada la ocasión.
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