Si algo algo tenía claro Carlos es que, muchas veces, lo desconocido nos da miedo. Por eso es tan importante conocer, investigar o preguntar cuando no sabemos algo y queremos salir de dudas. Un día, le pasó exactamente eso con el tema de las vacunas. Carlos tenía mucho miedo al pinchazo, pero el enfermero que había ido al colegio se esforzó en explicar a los niños de qué se trataba para que entendieran lo importante que eran las vacunas.
Les dijo que hoy es posible prevenir enfermedades que hace tiempo eran incurables y que se cobraban la vida de muchas personas. Por ejemplo, la difteria, la viruela, la poliomielitis o el sarampión. Todo lo podemos prevenir gracias a las vacunas.
-¿Quién las inventó?- preguntó curioso un niño de la primera fila.
El enfermero les contó que en realidad las vacunas eran algo bastante reciente.
- Hace unos 200 años en el Reino Unido, un médico llamado Edward Jenner observó que a algunas mujeres que ordeñaban vacas no les afectaba la viruela si ya habían sido infectadas por la viruela bovina..
A ese médico se le ocurrió agregar una pequeña cantidad de la viruela que afectaba a las vacas a un niño para que ese procedimiento le inmunizase contra la infección. Y así lo hizo. Ese experimento fue el antecedente de lo que luego serían las vacunas.
Casi 100 años después, el doctor Pasteur demostró que algunas enfermedades podían evitarse al infectar a las personas con gérmenes debilitados. En 1885 utilizó una vacuna para prevenir la rabia en un niño que había sido mordido por un perro. A mitad del siglo 20 se desarrolló la vacuna contra la poliomielitis.
-En la actualidad, las vacunas son claves en la medicina moderna- siguió el enfermero.
-Pero ¿cómo funcionan?- dijo Carlos.
El enfermero explicó que las vacunas engañan al sistema inmunológico haciéndole pensar que está siendo atacado por un agente infeccioso para que se defienda. El microorganismo que lleva la vacuna está muerto o muy debilitado y por eso no es peligroso.
-Se trata de que el sistema inmune reaccione generando anticuerpos.- siguió el enfermero.
Suelen ser necesarias varias dosis para lograr que la inmunidad se mantenga con el tiempo.
-Por eso son tan importantes los calendarios vacunales y que, cuando corresponda, vayáis a los centros de salud a ponernos las vacunas que os corresponden según vuestra edad.
Carlos salió ese día del cole sin miedo alguno a las vacunas y siendo consciente de lo importantes que son para mantenernos sanos.