
Esta es la historia de Lelelele, una niña que adoraba las mariposas. SÃ, tenÃa un nombre extraño. O no. Su madre la llamó asà porque a ella también le encantaban las mariposas. Y le puso mariposa a su hija, en hawaiano.
A Lelelele nada le daba más alegrÃa que ver volar a las mariposas. Su rostro se iluminaba con una gran sonrisa cada vez que veÃa una de estas hermosas criaturas revolotear.
Sin embargo, un dÃa, una malvada bruja envidiosa de la felicidad de Lelelele, decidió robarle su alegrÃa y envió a su sirviente.
Y asà llega a la historia Travesudo, un duende más travieso que malvado, con una misión: hacerle la vida imposible a Lelelele.
— Travesudo, quiero que te asegures de que Lelelele, no vuelva a ser feliz nunca más.
—SÃ, mi señora, asà lo haré.
Travesudo empezó a esconcerse detrás de cada esquina para hacer tropezar a Lelelele.
Le revolvió todos sus juguetes.
Le estropeó su proyecto escolar sobre las mariposas al destrozar todas sus delicadas mariposas de papel.
Y lo peor, espantaba a las mariposas y las intentaba cazar para meterlas en tarros.
Lelelele estaba muy triste y no sabÃa qué hacer. No entendÃa quién era aquel tipo tan molesto ni por qué la habÃa tomado con ella.
Estaba pensando en ello mientras caminaba por el bosque, cuando se encontró con una mariposa única y fascinante.
La mariposa brillaba con todos los colores del arcoÃris y se posó delicadamente en la mano de Lelelele.
La felicidad que sintió al ver la mariposa hizo que olvidara momentáneamente sus problemas.
De repente, la mariposa comenzó a brillar intensamente y Lelelele se encontró envuelta en una luz mágica.
Cuando la luz se desvaneció, Lelelele se encontró en un hermoso jardÃn lleno de mariposas. Las mariposas revoloteaban a su alrededor y parecÃan querer comunicarse con ella. Entonces, una de las mariposas habló:
—Lelelele, somos mensajeras de alegrÃa y felicidad, y hemos venido para ayudarte.
—¿De verdad podéis ayudarme a recuperar mi felicidad? —dijo la niña.
—SÃ, confÃa en nosotras y cierra los ojos.
Lelelele cerró los ojos y deseó con todo su corazón que la ayudaran a superar sus problemas. En ese instante, todas las mariposas comenzaron a revolotear a su alrededor y la niña sintió que su corazón se llenaba de amor y esperanza. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que estaba de vuelta en su habitación.
Desde aquel dÃa, Lelelele siempre llevaba consigo una mariposa de papel que habÃa hecho con mucho amor y cuidado. Cada vez que se siente triste o sola, saca la mariposa de papel y recuerda el jardÃn mágico lleno de mariposas. Y asÃ, la magia de las mariposas la acompañaba siempre.
Después de que Lelelele encontrara la felicidad y la esperanza gracias a las mariposas mágicas, Travesudo y la bruja envidiosa comenzaron a notar que sus malvados planes no estaban funcionando como esperaban.
La bruja, cada vez más frustrada, convocó al duende para hablar con él.
—Travesudo, ¿por qué Lelelel sigue siendo feliz a pesar de todos nuestros esfuerzos?
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€”No lo sé, mi señora. Parece que hay algo más fuerte que nuestra magia malvada protegiéndola.
Intrigada y enfurecida, la bruja decidió averiguar qué habÃa pasado. Después de espiar a Lelelele descubrió el secreto de las mariposas mágicas.
—¡Asà que las mariposas han sido las responsables! —exclamó la bruja—. ¡Encontraré la forma de anular su magia!
Sin embargo, mientras la bruja y Travesudo tramaban un plan para romper la magia de las mariposas, una de ellas los descubrió.
Al principio, la bruja intentó alejar a la mariposa, pero pronto se encontró hipnotizada por sus hermosos colores y su gracia.
En ese momento, la mariposa comenzó a brillar intensamente, envolviendo a la bruja y a Travesudo en una luz mágica. La energÃa de amor y felicidad de la mariposa los inundó, hasta que sus corazones comenzaron a cambiar.
Cuando la luz se desvaneció, la bruja y Travesudo ya no eran los mismos. La envidia y el odio que sentÃan habÃan desaparecido. Ahora solo habÃa amor y compasión. Avergonzados por sus acciones pasadas, decidieron dedicar sus vidas a hacer el bien, a ayudar a los demás y a proteger el jardÃn mágico de las mariposas.