Había una vez un mago que se las iba dando de ser el más listo de todos los magos. Por eso todos lo conocían como el Mago Listillo. Siempre que alguien hacía un hechizo, llegaba el Mago Listillo y hacía uno mejor. Si alguien encontraba la solución a un problema, el Mago Listillo tenía una solución mejor. Y si alguien no sabía hacer algo, el Mago Listillo le decía lo que tenía que hacer.
Tan listo era el Mago Listillo que se le empezó a subir a la cabeza eso de ser el que más sabía de todos. Tanto se le subió que olvidó leer la revista semanal de trucos y hechizos, donde se revisaban viejos conjuros y se compartían otros nuevos.
-Yo ya no necesito leer esa vieja revista -pensaba el Mago Listillo-. Yo me lo sé todo.
Todos los seres mágicos y no mágicos se sentían muy seguros cerca del Mago Listillo, pues no había nada que él no supiera o que no pudiera resolver.
Un día apareció una bruja malvada que amenazó con comerse a todos si no le entregaban lo que ella pedía. La bruja solo quería un lugar donde vivir y comida para saciar su hambre.
-¿Qué hacemos, Mago Listillo? -le preguntaron todos.
-Dadle lo que pide. Parece inofensiva -dijo él.
Pero cuando la bruja vio que le daban todo lo que quería empezó a pedir más y más.
-Mago Listillo, esta bruja se está pasando de la raya.
-Avisadla entonces -dijo el Mago Listillo.
Pero con eso solo consiguieron enfadar a la bruja, que empezó a exigir a los magos y a las hadas que le cedieran parte de su poder.
-Mago Listillo, esto es intolerable. Hay que hacer algo. Amenaza con destrozarlo todo. Y parece muy poderosa.
-Que no, que seguro que es un farol -dijo el Mago Listillo.
-¿No será que no tienes ni idea de lo que hay que hacer?
El Mago Listillo empezó a ponerse rojo por momentos.
Todos los magos, hadas y otros seres con poderes mágicos se reunieron para aunar fuerzas y expulsar a la bruja malvada. Habían aprendido nuevos hechizos y conjuros y, entre todos, lograron hacer frente a la invasora. Cuando lo lograron fueron a ver al Mago Listillo.
-¿Por qué no nos dijiste que no sabías que hacer? ¿Nos has fallado?
El Mago Listillo se sintió avergonzado y volvió a repasar todos los hechizos y a estudiar. Descubrió que realmente no lo sabía todo, que siempre había cosas nuevas por descubrir.