El misterio de la lluvia colorida
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El misterio de la lluvia colorida

Edades:
A partir de 4 años
El misterio de la lluvia colorida Había una vez una niña llamada Lola que vivía en un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes y cielos siempre despejados. Pero uncía el cielo azul comenzó a cambiar.

Nubes de colores se arremolinaron y, de repente, empezó a llover. Pero no era una lluvia común; cada gota que caía tenía un color diferente. Lola, asombrada, extendió su mano y observó cómo una gota dorada brillaba en su palma.

—¡Qué extraño! —exclamó—. Nunca antes había visto algo así.

Lola corrió a casa de don Ramón, un anciano sabio que vivía en una casita al final del pueblo. Don Ramón siempre tenía una historia interesante que contar.

—Don Ramón, ¿sabe usted algo sobre esta lluvia colorida? —preguntó Lola mientras le mostraba la gota dorada.

El anciano, con una sonrisa misteriosa, asintió.

—Ah, querida Lola, esta no es una lluvia cualquiera. Según las antiguas historias del pueblo, la lluvia refleja los sentimientos y acciones de las personas. Las gotas doradas aparecen cuando alguien es generoso, las verdes cuando cuidan de la naturaleza, y las rojas cuando hay enojo o egoísmo. Es la manera en que el cielo nos habla, mostrándonos cómo nuestras acciones pueden cambiar el mundo.

Lola escuchó con atención, maravillada por lo que escuchaba. Decidió que debía hacer algo para que la lluvia se mantuviera dorada y verde, para que el pueblo fuera siempre un lugar feliz.

Sin embargo, no todos en el pueblo estaban tan entusiasmados con la lluvia colorida. Mateo, un niño que solía ser travieso y escéptico, no creía en la magia de la bondad. Un día, después de discutir con unos niños, Mateo vio cómo la lluvia se volvía roja y oscura, como si el cielo reflejara su enojo.

—Esto es ridículo —dijo Mateo mientras pateaba una piedra—. La lluvia no tiene nada que ver con lo que hacemos.

Pero esa noche, mientras Mateo estaba solo en su habitación, recordó las palabras de Lola y don Ramón. Se preguntó si realmente podría haber una conexión entre sus actos y la lluvia. Decidido a descubrirlo, Mateo salió al día siguiente dispuesto a cambiar su actitud.

PEl misterio de la lluvia coloridarimero, ayudó a una anciana a cruzar la calle. Luego, recogió basura del suelo y la tiró en el contenedor. Con cada pequeño acto de bondad, Mateo notaba que la lluvia se volvía menos oscura y más brillante. Las gotas rojas se desvanecían y el cielo volvía a llenarse de colores alegres.

Lola, al ver el cambio en Mateo, lo invitó a unirse a su misión de esparcir la bondad por todo el pueblo. Juntos, comenzaron a hacer buenas acciones y a animar a los demás a hacer lo mismo. Con el tiempo, todo el pueblo se unió, y las gotas doradas y verdes fueron las únicas que cayeron del cielo.

Viento, un ser invisible que jugaba con los colores de la lluvia, observaba desde lo alto y sonreía. Sabía que el pueblo había aprendido una valiosa lección: la bondad y la generosidad no solo iluminan el corazón, sino que también pueden pintar el mundo de colores brillantes.

Y así, el pueblo se convirtió en un lugar donde la lluvia siempre era dorada y verde, y donde todos comprendieron que, con cada pequeña acción amable, podían cambiar el color del cielo y, con ello, el futuro de todos.
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