Manuel era un pingüino que vivía en el Polo Sur. Miguel era muy amable y tenía muchos amigos, le encantaba ir a la escuela y conocer gente nueva en la tienda, en la biblioteca, en el tren… El problema del pingüino Manuel era que no sabía decir no. Siempre que le pedían un favor o le proponían un plan, Manuel decía que sí. Aunque no le gustara del todo o le viniese fatal hacer el favor en cuestión, aunque tuviera que dejar de hacer cosas para sí mismo, algo dentro de él le impedía negarse.
En el fondo, lo que quería Manuel era hacer cuantos más amigos mejor y pensaba que accediendo a todo lo conseguiría, que le caería mejor a la gente. Pensaba que complaciendo siempre a los demás, todos le querrían mucho y le considerarían su amigo.
Una mañana en el colegio, la clase de Manuel tenía un examen muy importante de matemáticas. Manuel era un pingüino muy estudioso y se había preparado muy bien su examen. Cuando la maestra repartió el examen, su amiga la morsa Noa, que no había estudiado, le pidió que le chivase las soluciones de los problemas.
El pingüino Manuel sabía que eso no estaba bien, pero, como hemos dicho, no sabía decir que no. Así que le dijo las preguntas a su compañera la morsa. Manuel no era muy disimulado y las escribió en un papel con el que hizo una bola que lanzó por el suelo. La profesora casi se dio cuenta, pero al final todo siguió como si nada.
A
l rato, su amigo el oso polar, que tampoco llevaba bien preparado el examen, siguió la misma estrategia con Manuel. El pingüino tampoco se pudo negar esta vez y le dijo las preguntas al oso. Esta vez la maestra se dio cuenta y se enfadó mucho. Tanto se enfadó que le quitó el examen a Manuel y le puso un cero en el cuaderno de calificaciones. Sus amigos el oso polar y la morsa se sintieron fatal ya que Manuel solo lo había hecho por ayudarles. Así que al final del día fueron a ver a la profe y se lo contaron todo.
Al final la maestra, valorando su sinceridad, permitió a sus tres alumnos repetir el examen al día siguiente. Además, el pingüino Manuel aprendió que no hay que decir que sí a todo