En el reino de los animales existían muchísimas especies de pájaros y una de ellas eran los tucanes. El tucán es un ave de plumas suaves, con una cola cuadrada, patas cortas y fuertes. Pero por si algo son conocidos los tucanes es por su pico. Tienen un pico muy grande de colores muy llamativos. Fuertes colores como el amarillo, el naranja, el verde o incluso el azul.
En un bosque llamado El Bosque Soleado existía un tucán muy orgulloso de sí mismo, el tucán Enrico, que se burlaba de los demás porque no tenían tantos colores como él. Repetía lo mismo cada vez que veía a sus compañeros pájaros, e incluso cuando se encontraba con otros animales como las ranas o los osos:
-Buenos días queridos animales. ¿Cómo os sentís con vuestro pelo marrón, o vuestra piel verde? Yo estoy muy guapo hoy con mi pico de colores.
El resto de animales reconocía que el tucán Enrico era bonito tenía unos colores especiales en su pico, pero no querían jugar con él porque tenía mal humor y además era muy vanidoso.
Un buen día el tucán Enrico, aburrido de no encontrar amigos que se pararan mucho tiempo a jugar con él o simplemente a hablar un poco, decidió explorar otras zonas del bosque. Volando, volando descubrió una zona con un enorme lago. Un lago de agua transparente donde nadaban hermosos cisnes blancos y se oía un fabuloso concierto al caer el agua de una pequeña cascada. El tucán se fue a posar en una roca para seguir admirando el paisaje cuando de repente descubrió a un animal que no había visto nunca.
El tucán abrió los ojos mucho mucho, no se podía creer lo que estaba viendo, había una especie de lagarto que posado en otra roca estaba mostrando a la naturaleza unos colores fantásticos. ¡Oh no! Ya no era el animal con más colores de la zona. No sé lo contaría a nadie.
El animal que se dio cuenta de que el Tucán lo estaba mirando le preguntó su nombre:
- Hola. ¿Cómo te llamas? Yo soy Pit, el camaleón.
-Hola Pit. Yo soy Enrico, el tucán
El tucán, desconfiado, no quería acercarse mucho. Tan intrigado estaba que le hizo varias preguntas.
-¿Dónde vives? Nunca nos habíamos visto. ¿Y esos colores en tu piel?
-En este bosque, lo que pasa que me gusta estar en las ramas de los árboles o debajo de las hojas y tener cerca algo de agua. ¿Te gustan mis colores? Puedo cambiar de color. Mi piel refleja con el sol y también puede evitar peligros de esta forma.
-
Sí, tu piel es tan bonita como mi pico. Yo vivo en la zona de las montañas. Pensé que no había animales que tuvieran diferentes colores ahora sé que antes de presumir tengo que conocer.
-Bueno amigo, pues yo he conocido alguno también. Incluso pájaros como tú.
El Tucán, sorprendido del descubrimiento, charló un rato con el camaleón y decidieron verse de vez en cuando para compartir lo que les sucediera durante la semana. Cuando el tucán volvió a la otra zona del bosque todos los animales se quedaron sorprendidos porque notaron que Enrico nunca volvió a presumir mucho de su pico y sus llamativos colores.
Esto hizo que poco a poco algunos animales fueran acercándose más a él y cuando llego el verano nuestro Tucán se dio cuenta de que es mucho mejor tener amigos y ser humilde que no presumir de lo que uno tiene pero estar siempre solo.