Corría el año 1642. En un pequeño pueblo inglés la señora Newton daba a luz un bebé dos meses antes de lo normal. Todo el mundo temía por la vida del bebé, ya que nació pequeño y con dificultades. A pesar de todo el niño, al que llamaron Isaac, sobrevivió.
Isaac no parecía un niño muy listo. En la escuela era uno de los últimos, tal vez porque se pasaba el día ensimismado, sin atender a lo que los maestros explicaban. Nadie podía entonces imaginar que el muchacho se convertiría en uno de los matemáticos más importantes de la historia, Isaac Newton.
Isaac tampoco era un niño muy sociable. Como era débil y enfermizo no jugaba con los niños de su edad. Isaac prefería leer, dibujar y hacer juguetes, eso siempre y cuando no se quedara embobado durante horas pensando en quién sabe qué.
Como era hijo de labriegos y no mostraba gran interés por los estudios a Isaac le sacaron de la escuela para ayudar en las labores del campo. Sin embargo, él se pasaba el día jugando con aparatos extraños que él mismo construía y resolviendo problemas raros que se inventaba. Debido a su escasa capacidad física y su poco interés por la vida del campo Isaac fue enviado a Londres a estudiar.
-Ya que no sirves para trabajar el campo, a ver si al menos haces algo de provecho -le habían dicho sus padres.
Pero unos años después Isaac tuvo que regresar a su casa del campo para huir de la epidemia de peste de asolaba la capital.
Una tarde, una de tantas, en las que Isaac descansaba leyendo debajo de un árbol, el joven vio una manzana caer.
Este hecho sacó a Isaac de su ensimismamiento, algo bastante complicado, porque cuando el muchacho se concentraba en algo era muy difícil sacarle de su trance.
-¡Qué curioso! -dijo.
Isaac cogió la manzana y la dejó caer de su mano. Entonces se dio cuenta de que la manzana siempre caía al suelo en línea recta.
En ese momento le dio por reflexionar sobre algo que había visto durante toda la vida y en lo que no se había parado a pensar: por qué las cosas se caen al suelo y no flotan.
Pensando en esto, Isaac se planteó algo mucho más importante: por qué permanecemos pegamos al suelo. También empezó a preguntarse por qué unos astros giran alrededor de otros astros en vez de flotar por el universo.
Esto inspiró a Isaac a investigar más y a formular una de las leyes de la física más importantes: la ley de la gravitación universal o ley de la gravedad.
Isaac Newton regresó a la Universidad y siguió estudiando para convertirse en uno de los matemáticos más importantes de la historia y se convirtió en uno de los personajes más importantes e influyentes de su época.
Además de la ley de la gravedad, Isaac Newton hizo muchísimas aportaciones a la física. Por ejemplo, Newton descubrió las tres leyes fundamentales del movimiento y la naturaleza de los colores. Además inventó el reloj de péndulo y construyó el primer telescopio reflectante. Y muchas cosas más.