Luis y el ruido escondido
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Luis y el ruido escondido

Luis y el ruido escondido Luis estaba ayudando a su papá a recoger las cosas de la cocina después de comer. Le gustaba barrer, pues se sentía ya un chico mayor, y eso que solo tenía 7 años.

Luis abrió el armario donde tenían las cosas para tirar y oyó un ruido.

Crruggg Crugggg

Luis se quedó quieto y volvió a escuchar.

Crrruggg, Crugggg.

Luis llamó a su padre:

-Papáaaa. Hay un insecto en el armario de la basura.

-¿Un insecto? Imposible, lo limpio a diario hijo. Sería un ruido al tirar tú las migas del pan -contestó el padre, seguro de la situación-.

- No sé….volveré a escuchar y te aviso papá.

Luis se acercó al armario y oyó de nuevo:

Crugggggg

Pero esta vez el ruido era casi más fuerte que la vez anterior.

-Papá, papá. De verdad que hay algo. Ven, justo aquí.

-Está bien, dijo su papá.

El papá de Luis cerró el grifo del fregadero y se acercó al armario que el niño señalaba.

-Mira papá, abro la puerta así para que puedas oírlo -dijo Luis, abriendo con cuidado la puerta. Pero no se oyó absolutamente nada.

-Hijo, estoy seguro de que fue un ruido entre las bolsas. Venga recoge y estate tranquilo -dijo su papá.

Luis guardó la escoba, pero cuando su padre se fue al salón decidió volver a abrir la puerta de la basura. Esta vez no se escucho el sonido de antes, sino una voz que decía:

-Oyeeeeee. Escúchame sin hacer ruido. Somos un montón de papeles. Casi nos ven.

Luis empezó a temblar.

-Un insecto que habla -pensó Luis-. Cuando lo cuente en el cole…

Luego, Luis dijo:

-¿Quién eres? ¿¡No me hagas nada! No te voy a aplastar.

- ¿Cómo nos vas a aplastar? Somos folios y cartón. Estamos atrapados -dijo la voz.

-¿Hojas? ¿Atrapadas? ¿Qué hacéis ahí? No sabía que podíais hablar -dijo el niño.

-Si, somos un par de hojas de todo tipo, publicidad, folios, cartones de comida… Sólo queremos que nos ayudes en una cosa y no volveremos a existir -dijo la voz.

-Si os puedo ayudar….-dijo Luis-. ¿Qué queréis que haga?

-Pues mira, tu papá no lo ha hecho bien y no nos ha tirado a una bolsa azul para que nos reciclen y no queremos quedarnos sin poder volver a ser útiles y sin que nos traten bien.

-Ahhhhhh. Se trata de eso. Es que a veces se nos olvida -dijo el niño.

-¡Pues muy mal! No queremos que se gasten tantas hojas nuevas si nos pueden utilizar a nosotros que somos viejos pero experimentados -dijo la voz.

Luis y el ruido escondido-Muy bien, pues ahora os cojo y os bajaré a reciclar hoy con papá -dijo Luis.

-¡Genial! -dijeron las hojas, moviéndose y haciendo Crugggggg Crugggg.- Y ahora,shhhh viene tu padre-.

-Hijo, ¿qué haces? ¿Aún sigues buscando el bicho? -preguntó el papá de Luis.

-No papá estaba recogiendo unas hojas para reciclar que no están bien aquí puestas -dijo Luis.

-Ahh, tienes razón hijo. No debería haberlas tirado con el resto de basura. Muy bien. Cuando acabes ven que vamos a leer un poco.

- Ok papá.

En cuanto el papá de Luis se fue, las hojas aplaudieron a Luis desde la bolsa azul correspondiente.

-Muchas Gracias Luis. Te lo agradecemos nosotros y el medio ambiente. Tenemos que reciclar entre todos.
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