En una pequeña ciudad vivían dos familias en el mismo vecindario pero que, sin embargo, eran totalmente distintas. Eran de hecho vecinos de toda la vida. Las dos familias tenían hijos y una mascota, coche y muchas otras cosas. Por un lado, estaba la familia Pérez y por otro lado la familia López.
La familia Pérez era humilde y trabajadora. La ropa que usaban había pasado de primos a hermanos y de hermanos a sobrinos. Esto era posible, porque cuidaban muy bien las cosas y les duraban mucho tiempo. Además, tenían un perro que habían rescatado de la perrera.
Por su parte, la familia López no cuidaba nada sus cosas, porque no les importaba tener que comprar otras nuevas. Los padres se lo consentían todo a los niños y, por ejemplo, si estos no querían comer verdura alguna noche, enseguida les pedían una pizza con los ingredientes y el tamaño que ellos exigían. El perro era de pedigrí y les gustaba presumir con él delante de las otras familias en el parque. Decían que los otros eran solo chuchos pulgosos y no querían que se acercaran a su perro.
Un día, la familia Pérez invitó a los López a tomar un café. Enseguida, los invitados aceptaron la propuesta. En realidad, lo hicieron porque eran muy envidiosos y tenían mucha curiosidad por saber qué cosas tenían sus vecinos en casa que a ellos les faltaban. Al entrar en la casa, los invitados se quedaron sin palabras. Lo que vieron en aquella casa no se parecía en nada a lo que habían imaginado. No había grandes lujos, no había armarios repletos de ropa ni juguetes en cada esquina. Tampoco se encontraron un coche último modelo ni una super bicicleta de última generación. Lo que se encontraron fueron sonrisas a cada paso, mucho cariño y amabilidad.
Cuando regresaron a su casa, los invitados sintieron que había aprendido una gran lección. Desde entonces, empezaron a ver la vida de otra manera. Su perro empezó a jugar con los demás en el parque y los niños a ser más amables y tolerantes en la escuela, donde siempre se andaban metiendo en problemas. Al final todos acabaron siendo más felices y las dos familias llegaron a ser grandes amigas.