Alicia y Paula estaban en casa jugando tan contentas cuando, de repente, oyeron un gran ruido. Y, justo después, escucharon gritar a su madre. No era un grito de esos que algunas veces daba mamá cuando se enfadaba. Tampoco era la manera de gritar que utilizaba para avisarlas de un peligro. Ni tampoco era el grito que utilizaba para llamarlas cuando se habían olvidado algo. Era un grito diferente.
-Vamos a ver qué pasa -dijo Paula, la mayor.
Alicia y Paula fueron a ver a su madre. Estaba en el suelo, con un montón de cristales rotos a su alrededor, y agua esparcida por todo el suelo. Tenía heridas y parecía que se había golpeado en la cabeza.
-¡Mamá! -gritó Alicia. Pero mamá no contestaba.
-Espera, Alicia, nos podemos cortar con todos estos platos rotos -dijo Paula.
-Pero hay que ayudar a mamá -dijo Alicia.
-Pero para ayudarla bien tenemos que protegernos nosotras primero -dijo Paula-. Nos podemos resbalar con el agua y hacernos daño con los cristales.
-¡Eres una egoísta! -gritó Alicia.
-Cálmate -dijo Paula-. Esto se hace así. Si nos caemos y nos hacemos daño, ¿quién ayudará a mamá? Voy a por un cepillo para retirar los cristales. Tú coge el teléfono y llama al ciento doce
Alicia cogió el teléfono, pero no sabía marcar el ciento doce. Solo tenía tres años. Pero tenía miedo de decirle a su hermana que no sabía marcar el número.
-¿Has llamado ya? -preguntó Paula, que ya había retirado todos los cristales y se había puesto unos paños bajo las zapatillas para absorber el agua mientras arrastraba los pies.
-Es que… no sé cómo se escribe ciento doce -dijo Alicia.
-
¡Uno Uno Dos! Recuerdalo siempre, Alicia. Una boca, una nariz y dos ojos -dijo Paula.
-Niñas -dijo mamá. Recuperaba la consciencia.
-Tranquila, mamá, Alicia ha llamado a emergencias -dijo Paula.
En poco tiempo una ambulancia estaba allí. Papá llegó poco después.
-Lo habéis hecho muy bien, chicas -dijo papá.
El Uno Uno Dos es el teléfono de emergencias para todos los países de la Unión Europea. Este servicio facilita servicios sanitarios, de bomberos y de policía, también servicios de rescate de toda Europa. Si necesitas ayuda, no dudes en llamar.