Antonio y la Navidad
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Antonio y la Navidad

Antonio y la Navidad Antonio era un niño muy estudioso, que sacaba buenas notas. Era un niño muy bueno y sus padres casi nunca lo castigaban por hacer travesuras. Tenía muchos amigos y lo invitaban a un montón de cumpleaños. Sus hermanos no le molestaban porque nunca les cogía sus cosas ni dejaba los juguetes sin recoger. Pero Antonio tenía un problema... Cuando llegaban las navidades se ponía triste. No tenía motivación por la Navidad. Le parecía una tontería decorar la casa, llevaba un gran esfuerzo para luego quitar todos los adornos a las pocas semanas. No le gustaba recibir regalos, la mayoría de las veces no jugaba con ellos más de dos días. En casa recibía visitas de sus primos que no hacían más que desordenar su habitación. No acaba de encontrar la motivación por los días navideños y así se lo hizo saber a su profesora.

- Hola Magdalena. ¿Este año tengo que hacer una postal para el colegio por navidad?
- ¡Claro Antonio! Será divertido – le respondió la profesora alegremente-.
- No profe, es un rollo, no es divertido dibujar Reyes Magos, árboles y guirnaldas…
- No lo entiendo Antonio ¿No te gusta estar con toda la familia en esas fechas, disfrutar de los villancicos, ilusionarte con papa noel…?
- No. Ojalá pasen pronto estas fechas. – Refunfuño Antonio y se fue-.

Al día siguiente la profesora informó a todos los niños de que hicieran sus postales para el concurso navideño y luego llamó a Antonio aparte:

- Antonio he estado pensando que ya que quieres mostrar tu desmotivación a la navidad porque no le escribimos directamente una postal a Papa Noel y así que sea él el que te haga ver el espíritu de la navidad.

Antonio se quedó pensativo y respondió después con total seguridad:

- Esta bien profe, me parece una buena idea. Gracias.

Cuando llegó a casa y comentó el ejercicio con su madre, esta se sorprendió:

-Antonio y la Navidad Hijo, ¿Qué no te gustan las navidades? Pues a mi desde pequeña me gustaba que nos reuniéramos toda la familia dedicándonos tiempo que no tenemos el resto del año, me moría de la ilusión de abrir los paquetes porque alguien mágico se hubiera acordado de mí. Me gustaba mucho ver como de pequeño ponías los ojos de ilusión cuando veías la zapatilla de los reyes magos llena de cosas para ti o como te sentabas en las piernas de Papa Noel para contar las cosas, saborear el turrón…hijo. Cuando los niños cantan por las calles y ves a la gente ilusionada con sus familias…Cuando todo eso te falte te acordarás tanto que desearás tener motivación por construir de nuevo la Navidad.

Antonio se fue a hacer la postal pensativo y al final decidió decirle a Papa Noel que no sabía si él sería capaz de motivarlo pero que su madre había empezado el camino para ello.
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