Anita llegó un día al parque muy contenta. Todas sus amigan se preguntaban por qué Anita estaba tan contenta. Pero Anita no soltaba prenda.
Después de mucho insistir, Anita cedió y les contó su secreto.
-Mi mamá me va a regalar un vestido hecho con flores para mi cumpleaños-dijo la niña.
Todas las niñas se ilusionaron mucho.
-¡Qué suerte! ¡Un vestido hecho con flores! -dijeron.
Pepita estaba intrigada.
-¿Cómo se hace un vestido con flores? -preguntó Pepita.
-A lo mejor se anudan los tallos -dijo Lucía.
-Pero ¿qué pasa con las flores cuando se sequen? -se le ocurrió preguntar a Jimena.
-A lo mejor se hace con flores secas -dijo María.
-Serán flores pintadas o bordadas -dijo Miranda.
-No, no -dijo Anita-. El vestido está hecho con flores. Eso seguro.
Anita volvió a casa pensando en su vestido hecho con flores. Todas aquellas preguntas le habían dado mucho que pensar.
También estaba muy preocupada, porque las flores son muy frágiles. Y ella quería ponerse su vestido, no dejarlo colgado para verlo sin poder usarlo.
El día del cumpleaños de Anita llegó y, con él, el famoso vestido hecho con flores.
Anita estaba muy nerviosa. ¿Sería un vestido hecho con margaritas o con rosas? A lo mejor estaba hecho con tulipanes.
Finalmente, Anita abrió el regalo. ¡Era un vestido hecho con flores de ganchillo!
-Yo misma he hecho las flores con tus colores favoritos -dijo la mamá de Anita-. ¿Te gusta?
-¡Me encanta! -dijo Anita-. ¿Me lo puedo poner?
-¡Por supuesto! -dijo mamá-. Seguro que tus amigas estarán encantadas de descubrir el misterio del vestido hecho con flores.