Mundo Fantasía era el lugar donde todos los amantes de la magia y las aventuras podían encontrar su hogar. Allí se congregaban todo tipo de seres para vivir con libertad sus sueños.
Con el tiempo Mundo Fantasía se convirtió en un lugar famoso, conocido por todos. Un lugar que por otra parte, no dejaba de crecer y crecer, pues no dejaban de llegar nuevos vecinos cada día.
A oídos del Gran Mago, que vivía en lo alto de la Gran Montaña Mágica, llegó la noticia de que Mundo Fantasía no dejaba de crecer. Esto preocupó mucho al Gran Mago, que mandó a todos sus lacayos y sirvientes a investigar.
A su regreso, los lacayos y sirvientes no trajeron buenas noticias. Todos los pueblos se estaban quedando sin habitantes, pues todo el mundo quería vivir en Mundo Fantasía. El Gran Mago decidió ir a Mundo Fantasía para ver qué había en aquel lugar que tanto atraía a gentes de todos los rincones del planeta.
Para pasar desapercibido, el Gran Mago se hizo pasar por un viejo comerciante que viajaba de acá para allá vendiendo su mercancía. Las gentes se le acercaban y le decían:
-Quedaros aquí y no tendréis que volver a viajar jamás. Aquí encontrarás todo lo que necesitas.
-Aquí volverás a ser joven y apuesto, y no tendrás que volver a trabajar jamás.
-Quédate con nosotros y tendrás una vida emocionante y divertida.
El Gran Mago no entendía muy bien todo aquello. La gente parecía feliz. Pero no se veía a nadie trabajar, ni haciendo tareas domésticas. El mago intentó tocar a la gente, pero no podía, pues al intentar ponerles la mano encima se evaporaban.
-Aquí hay algo raro y voy a descubrir qué es -pensó el Gran Mago.
El Gran Mago se escondió, se aplicó a sí mismo un conjuro protector y volvió a mezclarse entre la gente para dejarse llevar. Entre varios lo llevaron a una gran sala oscura, llena de asientos, todos ellos ocupados por alguien. Todos miraban a una gran pantalla en la que se proyectaban imágenes. Y todos ellos tenían una especie de casco en la cabeza. El mago se sentó allí y se puso el casco. Y, de pronto, se convirtió en el héroe legendario de un pueblo que vivía bajo el yugo de brujos y dragones, y que él mismo iba a salvar.
Afortunadamente el hechizo hizo que se despertara. Y lo entendió todo. Salió de allí corriendo y buscó la fuente de las imágenes que se proyectaban en la pantalla. Era una sala enorme con una gran máquina alimentada con energía mágica. Con gran esfuerzo el Gran Mago consiguió apagar la máquina.
En seguida empezaron a oírse murmullos que pronto se transformaron en protestas. La gente había despertado de su sueño. Y estaba muy enfadada.
El Gran Mago salió y les dijo a todos:
-Esas vidas heroicas y fantásticas no eran ciertas. Todo lo que habéis visto no ha sido más que una mentira.
La gente protestaba:
-Pero éramos felices. Se cumplían nuestros sueños-
-Teníamos una vida perfecta. Hacíamos grandes cosas.
A lo que el Gran Mago replicó:
-No es verdad. Solo estaba en vuestra imaginación. Si de verdad queréis hacer algo grande, salid ahí fuera y enfrentaros a la realidad.
Si alguna vez pasas por Mundo Fantasía acuérdate de que las aventuras de verdad se viven en la vida real. Tal vez no sean tan emocionantes, pero, al menos, son auténticas.