La cigüeña que aprendió a viajar
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La cigüeña que aprendió a viajar

Edades:
A partir de 4 años
La cigüeña que aprendió a viajar Las cigüeñas son aves de color blanco y negro, grandes y a las que les gusta mucho viajar por el mundo. Son tan viajeras que cuando llega el invierno suelen marcharse a países más cálidos, como los del continente africano, desde su casa en Europa.

Llegaba el invierno cuando a la pequeña cigüeña Popita le empezó a entrar miedo. Popita vivía en un campanario de un pueblecito de Ciudad Real en España y era lo único que había conocido hasta ahora.

Una tarde, cuando el sol ya empezaba a desaparecer, dando paso a un fuerte viento, su madre le dijo:

-Popita, ya empiezas a ser una cigüeña mayor y tus alas son fuertes para volar conmigo y con tus primas para otras ciudades. Aquí llegará el invierno y nosotras sobrevivimos peor en estas zonas – dijo Mamá Popi.

Popita se quedó parada, cerró su pico naranja y pensó si contarle a tu madre o no todos esos miedos sobre los viajes hacía otras tierras.

-¿Qué te pasa, mi piquito favorito? ¿Tienes miedo? -dijo Mamá Popi, tocando tiernamente la cabeza de su hija.

-Si, mamá -respondió Popita-. Pienso que mis alas no soportaran el vuelo, que allí nos costará encontrar para comer. Además, me da pena no ver a mis amigas hasta el próximo verano.

-No te preocupes Popita, por el camino tenemos muchos sitios para reposar para que no te canses mucho -respondió su mamá-. Ya sabemos que es tu primer viaje. Además no cruzaremos por el mar mediterráneo para evitar muchas corrientes de aire. Por lo de la comida no te preocupes, todavía eres joven y para eso está mamá, para cuidarte. Y tus amigas al final tendrán que pasar por su propia vida, así que probablemente en invierno jugaríais menos.

Popita se quedó más tranquila y esperó a que llegará el día de partir hacia tierras africanas. El día llegó y mamá tenía todo preparado, el nido bien guardado en el campanario, las alas bien fuertes y limpias.

Le recordó a Popita todo lo que había aprendido en los entrenamientos de vuelo y, cuando acabó la prueba, alzaron el vuelo.

PLa cigüeña que aprendió a viajaropita, de repente, quedó asombrada. Vio cómo el mundo se alzaba bajo sus pies y abrió su pico de felicidad. El viento movía sus plumas de una manera deliciosa y se cruzaban con un montón de aves que las saludaban y parecían muy contentas también.

Cuando llegaron a África volaron por encima de un montón de lagos, aprendió a cazar algún insecto, construyó el nido con mamá y con las primas Polita y Petrina. Sus primas entendían su ilusión, porque era su tercer viaje y recordaban todas las aventuras que habían vivido el primer año.

Popita disfrutó del viaje corriendo mil aventuras con ellas y, cuando llegó el invierno y estuvo de regreso al campanario de su viejo pueblo, en Ciudad Real, les dijo a todos que había aprendido una lección:

-Viajar no es solo moverse de un lado a otro, es aprender cosas de uno mismo y descubrir las cosas más interesantes de lo que nos rodea.
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