Arturo entra en el cole y, además de ver a sus amigos y compañeros de clase, siempre tiene un encuentro con una chica que le ayuda con sus estudios. Se llama Laura y se encuentra muy a gusto cuando está en su compañía. Arturo tiene dificultades para leer y expresarse, y por ello el colegio y sus papás le han dicho que tendrá una ayuda extra para poder aprender mejor.
A veces Arturo se siente mal porque piensa que no es igual que los otros niños, que tiene que hacer muchos esfuerzos para conseguir la misma nota que algunos de sus compañeros que apenas estudian. Cuando se encuentra así le apetece estar solo, que sus papás le dejen estar a solas en su cuarto con sus juguetes sin tener que hablar con nadie.
Hoy Arturo ha salido de clase muy contento. Su madre le pregunta qué ha sucedido al llegar a casa acompañado por el abuelo, y Arturo saca la libreta y le enseña un mensaje con un montón de dibujos. ¡Se llama pictograma!
- ¿Qué es esto? Parece divertido -le dice mamá a Arturo.
El niño despacito y con ayuda de los dibujos le explica que es un juego para comunicarse que se llama Pictograma y que es muy fácil. Además, tiene muchos colores. Laura quiere ver a mamá, así que ella se lo explicará todo mucho mejor.
Cuando la mamá de Arturo acude al colegio, la orientadora, acompañada de Laura, le explica que, buscando la mejor forma para que Arturo se comunique mejor, le han enseñado a trabajar con pictos. Los pictos son dibujos concretos que nos muestran un mensaje, que dan información y permiten generar mensajes cortos. Además, permite que nombres que tenga que recordar en sus estudios los pueda estudiar a través de los dibujos que seguro que le quedarán más fácil en la memoria.
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amá entiende todo lo que le explicaron en el cole y ayuda a Arturo en casa. Incluso le imprime más dibujitos que Arturo pega en su libreta. Arturo le pregunta si ellos alguna vez los han usado o es que son solo para él, porque es tonto. Mamá le tranquiliza y le explica que es lo mismo que cuando ella va conduciendo y para parar tiene que mirar la señal para saberlo. Los adultos también utilizan pictos.
Pasan unas semanas y Arturo sigue contento. Está invirtiendo menos tiempo en estudiar y en ocasiones, cuando quiere explicar algo que es difícil, saca su libreta y acaba la conversación y así no se siente frustrado. Arturo ya tiene su nueva forma de comunicarse.