La aventuras de Pequepez y la tortuga Tartaruga
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La aventuras de Pequepez y la tortuga Tartaruga

Edades:
A partir de 4 años
La aventuras de Pequepez y la tortuga Tartaruga En la Gran Barrera de Coral de Australia, vivían Pequepez y su abuelo. El abuelo era muy sabio y siempre cuidaba de Pequepez. Se pasaba el día contando historias a su nieto y hablándole sobre los peligros del océano.

Un día, el abuelo estaba muy cansado y le dijo a Pequepez:

—Voy a dormir ahora, Pequepez. Por favor, sé bueno y no vayas más allá del coral. Hay muchos animales peligrosos por ahí.

Mientras el abuelo dormía, la tortuga Tartaruga, se acercó a él y le dijo:

—Hola, Pequepez. ¿Qué estás haciendo?

—Estoy aburrido. Mi abuelo está durmiendo —dijo Pequepez

—¿Quieres venir a jugar? —preguntó la tortuga Tartaruga.

—Sí, ¡vamos! — exclamó Pequepez emocionado, olvidando las advertencias de su abuelo.

Mientras nadaban juntos, Pequepez vio algo que parecía una pelota y se emocionó. Sin embargo, la tortuga Tartaruga gritó:

—¡Cuidado! ¡Eso no es una pelota! ¡Es un pulpo peligroso! ¡Nada todo lo rápido que puedas!

Pequepez y la tortuga Tartaruga nadaron rápido para escapar del pulpo.

No se habían recuperado del todo cuando un pez peligroso vio a Pequepez y empezó a nada hacia él con la boca bien abierta.

La tortuga Tartaruga le advirtió:

— ¡Pequepez, cuidado! Hay un pez peligroso detrás de ti. ¡Ven aquí y quédate conmigo!


—Lo siento, Tartaruga— se disculpó Pequepez. Y, con buena intención, recogió un objeto del lecho marino y se lo dio a su amiga:

—¡Mira! Tengo un regalo para ti.

—Aaah! ¡Eso es un caracol cono peligroso! ¡Suéltalo rápido, Pequepez!

Exhausto, Pequepez dijo:

—Estoy cansado, Tartaruga. ¿Podemos descansar aquí?

—No te sientes aquí, Pequepez. ¡Hay una serpiente marina peligrosa! ¡Nada rápido!

Pequepez y la tortuga Tartaruga nadaron lejos, pero pronto se dieron cuenta de que estaban perdidos.

A medida que intentaban encontrar el camino de regreso, se encontraron con una medusa caja venenosa y tuvieron que nadar aún más rápido.

Justo cuando todo parecía perdido, Pequepez vio algo enorme acercándose a la tortuga Tartaruga. Pequepez gritó:

¡Cuidado, Tartaruga! ¡Un monstruo peligroso está detrás de ti!

La tortuga Tartaruga sonrió y dijo:

—No es un animal peligroso. Es mi amigo Delfinete.

DLa aventuras de Pequepez y la tortuga Tartarugaelfinete ofreció ayuda a Pequepez y a la tortuga Tartaruga para encontrar el camino de regreso a casa.

Cuando por fin llegaron, el abuelo de Pequepez ya estaba despierto y los recibió con una sonrisa.

—Veo que has aprendido una valiosa lección sobre los peligros del océano, ¿no, Pequepez? ¿Te encuentras bien?"

—Sí, abuelo, estoy bien. Siento por no haberte escuchado. Ahora entiendo que debo tener cuidado y seguir tus consejos.

La Tartaruga y Delfinete se despidieron y prometieron volver a jugar en otro momento.

Pequepez miró a su abuelo y dijo:

—Gracias, abuelo, por cuidar de mí y enseñarme sobre el océano. Prometo escucharte y aprender de ti.

El abuelo sonrió y abrazó a Pequepez.

—Eso es lo que hace un abuelo, Pequepez. Siempre estaré aquí para cuidarte y enseñarte.
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