Policía gatuna
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Policía gatuna

Edades:
A partir de 4 años
Valores:
Policía gatuna En una ciudad llena de perros hambrientos y furiosos un grupo de gatos se reunió para organizar la vigilancia de su guarida. A pesar de los acuerdos que se habían firmado entre perros, gatos y ratones, algunos perros parecían no tener interés de respetarlos. El gato más anciano se dirigió a los demás y les dijo:

-Compañeros, necesitamos que alguien se ocupe de vigilar la zona de los gatos y defendernos. Tenemos que formar una patrulla de policía gatuna.

Uno de los presentes se adelantó y dijo:

-Yo me ofrezco voluntario. Soy fuerte y fiero. Puedo asustar a la mayoría de los gatos y defenderme de los más osados.

Otro de los gatos que estaba en la reunión dijo:

-Yo le ayudaré. También soy fuerte.

Poco a poco, todos los gatos fuertes y también los más fieros se fueron uniendo a la patrulla de la policía gatuna.

-Yo también quiero unirme a la patrulla -dijo una gata. Todos se sorprendieron.

-Pero tú eres pequeña y ligera -dijo el primer gato que se había unido a la patrulla-. ¿A quién vas a asustar? ¿Cómo te vas a defender si te atacan? Además, eres… eres una…

-Una qué -le interrumpió la gata-. ¿Una chica?

-Sí, bueno, una chica -dijo el gato.

-Puede ser de utilidad -interrumpió el gato anciano.

-Las chicas siempre son útiles para despistar -dijo otro de los gatos de la patrulla.

-Pero, ¿tú de qué vas? -dijo la gata, muy ofendida-. ¿Crees que las chicas solo servimos para eso, para entretener y despistar a los chicos?

-No quise decir eso -se disculpó el gato.

-Policía gatunaPues que te quede claro, majete -dijo la gata-. Soy muy rápida y muy ágil. Puedo librarme fácilmente de los perros y puede llegar muy rápido a donde quiera para avisar a los demás. También soy valiente, tanto como para acudir al soberano de los perros y denunciar un ataque. Y como soy también muy sigilosa, puedo hacerlo sin que nadie más me vea.

Todos los gatos la miraban boquiabiertos. Todo eso parecía muy útil.

-Cada uno tenemos nuestras cualidades y hay que saber aprovecharlas -dijo la gata-.

Y así fue como se formó la patrulla de la policía gatuna, un equipo eficaz que mantuvo a raya a los perros por mucho mucho tiempo.
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