Había una vez una bruja que se pasaba el día comiendo. Por eso la llamaban Brujona Tragona. Muy cerca de ella vivía un dragón que estaban tan delgado que lo llamaban Dragoncillo Palillo.
A Brujona Tragona le encantaba salir a buscar víveres y se los comía en cualquier parte. Y no perdía oportunidad de visitar la pastelería, la panadería, la heladería y la tienda de chucherías.
Sin embargo, a Dragoncillo Palillo nadie le veía nunca comer. Incluso sus vecinos estaban preocupados.
Un día alguien dio la voz de alarma:
-¡Alguien ha saqueado el almacén de comida!
Toda la gente del lugar se reunió en un claro del bosque.
-Tiene que haber sido Brujona Tragona. Lleva días sin pasar por mi pastelería -dijo la pastelera.
El panadero, el heladero y todos los demás tenderos dijeron lo mismo.
-¡A por ella! -gritaron.
Formando una gran procesión, todos lo vecinos fueron a casa de Brujona Tragona. Y se la encontraron en la cama, con muy mala cara.
-Estoy enferma -dijo Brujona Tragona.
-Eso es porque tienes un empacho de campeonato -dijo el panadero.
-¡Pero si llevo días sin comer! -protestó Brujona Tragona, que aún no sabía qué ocurría.
-Entonces ¿no has robado tú la comida del almacén? -preguntó el heladero.
-Hace una semana que no salgo de casa -dijo Brujona Tragona.
-La verdad es que están mucho más delgada -dijo el heladero-. Tienes que estar muy enferma para no querer comer.
-Entonces ¿quién ha robado la comida? -preguntó la pastelera.
Justo entonces se empezaron a oír unos quejidos y unos alaridos terribles.
-
Dragoncillo Palillo lleva quejándose desde ayer -dijo Brujona Tragona-, pero no he tenido fuerzas para ir a ver qué le pasa.
Todos los vecinos fueron a ver a Dragoncillo Palillo. También estaba enfermo.
-¡Mi tripa! -se quejaba.
-He aquí a nuestro ladrón, ¿no es cierto, Dragoncillo Palillos? -dijo el panadero.
-Lo siento -dijo Dragoncillo Palillo-. Siempre como lo que Brujona Tragona deja. Come tanto que no se entera. Y como lleva tanto tiempo enferma llevaba días sin comer.
Entre todos decidieron cuidar de Brujona Tragona y de Dragoncillo Palillo. Ya habría tiempo para ajustar cuentas.