La sombra nocturna
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La sombra nocturna

Edades:
A partir de 6 años
Valores:
La sombra nocturna Marcos se despertó, se frotó los ojos para poder ver con ellos completamente abiertos que de verdad se encontraba en su habitación. No pudo seguir durmiendo por esa pesadilla que se repetía casi todos los días.

Se levantó y abrió la puerta. No se oía ningún ruido y fue a la cocina a tomar un vasito de agua. Intentaba pensar, ahora que estaba más despejado, de qué trataba el horrible sueño pero no podía, ya que su mente se quedaba como una pizarra en blanco.

Volvió a la habitación y se fijó en el reloj marrón de su mesita, uno que le habían regalado hace un año. Marcaba las tres en punto. Todavía tenía tiempo de dormirse un buen rato antes de ir al cole, pero no era capaz.

De repente, una sombra en la pared le empezó a decir:

-Marcos mañana vas a estar muy cansado…la carrera te va a salir fatal. Has entrenado todo el año para nada.

Se tapó con la sábana para esconderse de la sombra, pero sabía que aún seguía ahí porque ésta hacía un ruido extraño al moverse por la pared. Cuando todo quedó en silencio, levantó la cabeza y volvió a ver al extraño personaje.

Marcos, no te escondas. Sabes que además no estas estudiando para los exámenes y tendrás que repetir el curso. Tienes dos meses y junio está a la vuelta de la esquina.

Marcos se estaba poniendo muy nervioso ¿Qué era eso? ¿Le haría daño? ¿Por qué sabía tantas cosas de él? En el fondo tenía razón. Estaba centrándose en el atletismo y estaba muy nervioso, tendría que estudiar más y organizarse mejor.

-¡Oh Dios! Solo quiero que mamá y papá me saquen de este cuarto -pensaba el niño.

Marcos empezó a gritar y cuando se dio cuenta alguien le estaba cogiendo de los brazos. Se puso a llorar pensando que la sombra se había apoderado de él, pero cuando abrió los ojos vio a su padre y a su madre, que le dijo:

-Hijo, ¿qué te pasa? Llevas toda la noche gritando. Estabas muy nervioso

-La sombra nocturnaSi, mamá estaba soñando con un fantasma, una especie de sombra que me decía que todo me iba a salir mal. Es una pesadilla y he pasado mucho miedo.

-Bueno, pues no te preocupes- le contestó su papá-. No hagas caso e intenta descansar las dos horas que quedan de sueño.

-Gracias, intentaré dormir, pero sí quiero hacer caso en algunas cosas. Puede que no haya sido una pesadilla tan mala…

Sus padres le dieron un beso y Marcos se volvió a dormir. Al día siguiente Marcos intentó estar muy concentrado en su carrera de atletismo y obtuvo buenos resultados. Por la tarde decidió planificar su estudio y así intentar quitarle la razón al fantasma nocturno.
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