Sucedió un día que en casa de Elena durante el desayuno se derramó algo de leche sobre el listín de teléfonos y su abuela dijo:
- Esperemos a que seque y después lo forraremos con un bonito papel de regalo.
- ¡Que va! Es viejo, ya no sirve. - Dijo su papá, y lo tiró al cubo de la basura.
En otra ocasión cuando uno de los jerséis de lana preferidos de mamá se llenó de bolitas, el abuelo dijo:
- ¿Por qué no guardarlo para usarlo en casa? Es cómodo y abriga mucho.
- No. Está viejo, mejor lo tiro – Contestó el padre y pronto fue a parar al cubo de la basura.
Y otro día cuando a la mamá se le rompió el tacón de uno de sus zapatos preferidos, la abuela se ofreció a llevarlo al zapatero para que se lo arreglara, pero la mamá de Elena dijo que era viejo y lo tiró a la basura.
Llegó un día en que el abuelo empezó a tener olvidos y ya no se pasaba todas las noches por el cuarto de Elena a leerle cuentos antes de acostarse porque había perdido vista y no podía leer bien. Su abuela ya no salía al parque a jugar con ella en los columpios porque le dolían las piernas ni tampoco cocinaba como antes, confundía la sal con el azúcar y se le quemaban los bizcochos.
Elena no entendía muy bien porqué sus abuelos ya no eran los mismos de siempre y preocupada, acabó preguntando a sus padres.
- Mami, ¿qué le pasa a los abuelos? Están raros, se olvidan de las cosas y ya no quieren jugar...
- No les pasa nada cielo - dijo su mamá tratando de tranquilizarla - Solo que los abuelos están solo están un poco "viejitos"
Al oír eso a Elena le entró pánico de que sus papás tiraran a sus abuelos a la basura. Se imaginaba a su abuela sentada al lado de un contenedor de la basura. La niña estaba nerviosa. Su preocupación era tal que apenas comía. La incertidumbre de no saber qué pasaría con sus abuelos era insoportable. Hasta que un día, viendo recoger las cosas de sus abuelos, Elena pensó que había llegado el momento de tirarlos a la basura...
- ¿Pero qué haces Elena?-Preguntó horrorizada la mamá al ver a la niña tratando de meterse dentro de una bolsa de basura-
- Yo también quiero ir a la basura con los abuelos, mami.
- ¿¡Elena pero qué dices!? Nos llevamos a los abuelos al pueblo para que tomen aire fresco y descansen. ¿Cómo has podido pensar eso?
- Porque tu siempre dices que cuando algo está viejo, se tira.
La mamá de Elena se echó a reír pero comprendió que debía dar un mejor ejemplo a su hija y aprendió a dar un nuevo uso a los objetos antes de tirarlos al contenedor.